Por muchos motivos las cosas no van bien en este país. Y no es que pretenda denostar los presuntos logros de la Administración de Andrés Manuel López Obrador, por el contrario, de lo que se trata es de buscar y hurgar para saber que se ha hecho para lograr ese México que prometió, porque en cada discurso vertido por todos los rincones del país señalaba que con él en la Presidencia de la República
los resultados serían diferentes, y hasta ahora lo ha venido cumpliendo, porque son tan diferentes que gran parte de los mexicanos comienzan a añorar los gobiernos encabezados por tricolores y blanquiazules.
Habrá que decir que quienes detentaron el poder tenían la virtud de al menos generar certezas para los mexicanos, es decir, ya sabíamos a lo que nos ateníamos, pero la desgracia mayor de estos tiempos es que los mexicanos no entienden hacia dónde pretende caminar quien ahora ocupa la Presidencia de la Republica, y mucho menos tienen la noción de esa forma aviesa en que se ha estado destruyendo el entramado constitucional que nos ha permitido al menos garantizar oportunidades de igualdad, para intentar instaurar un modelo de gobierno y de país más cercano al populismo.
Cualquiera que tenga dos dedos de frente entiende que esa particularidad ideológica que le apuesta al empobrecimiento de los ciudadanos para que dependan de las dádivas institucionales y por consecuencia la miseria para las clases bajas, es contraria a cualquier razonamiento, porque la improductividad siempre será letal para cualquier economía, y el mejor ejemplo es la dictadura que estableció Hugo Chávez en Venezuela y que ahora detenta Nicolás Maduro convirtiéndose en un tirano que ha profundizado la pobreza mientras el cínico disfruta de las mejores viandas como se ha mostrado en un video que ha circulado por todo el mundo.
Hasta ahora ese es el Modelo que busca implantar Andrés Manuel López Obrador impulsado por asesores cubanos y venezolanos, como una forma de romper la hegemonía y el aislamiento que les ha impuesto Estados Unidos. Lo peor de todo esto es que los mexicanos tenemos una frontera con la primera potencia mundial que rebasa los tres mil kilómetros, y como muestra temprana de su vocación autoritaria el ahora Presidente de la Republica determinó desaparición de la Fiscalía General de la Republica mediante un decreto ilegal e inconstitucional porque no consideró que la autonomía que por ley se le otorgó, fue con la finalidad de evitar el entrometimiento del Poder Ejecutivo en la procuración de la justicia.
El problema más recurrente de López Obrador es su vocación por la improvisación y la imposición de su voluntarismo, ese que lo ha llevado al fracaso al frente del gobierno de este alicaído país cuyos habitantes observan impávidos la forma en que destruye a las instituciones que tanto tiempo nos costaron edificar, para suplirlas con un simple cambio de nombre y operarlas con la “"nueva mafia del poder” que ha edificado a través de complicidades, y que obedecen ciegamente las instrucciones que les dicta en esos momentos en que le da por diseñar el nuevo orden de este país.
Insisto, los mexicanos no somos tontos, y nuestro nivel cultural nos ha permitido adivinar hacia dónde quiere caminar el tirano en ciernes, y ante los problemas sociales, económicos políticos y culturales que ha ocasionado con su populismo rampante, el rechazo se incrementa y su proyecto pudiera encontrar un numeroso voto de castigo en la elección intermedia, lo que cambiaría el rumbo del país. Lo cierto es que la muestra de valentía la están dando los empresarios con FRENA y ahora con México Sí, y si la sociedad civil comienza a organizarse, nada podrá detenerla, y mucho menos los vándalos que tiene contratados, porque una muchedumbre enojada pudiera dar al traste con su proyecto de dictadura. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en periodismo.