Por mucho que se diga lo contrario, Andrés Manuel López Obrador está muy cargado de maldad. Solamente un tirano puede atentar contra el bienestar colectivo de una nación como la nuestra simplemente por sus profundas ansias de poder y permanencia en el ejercicio del mismo. Sin lugar a dudas la nación se desgarra todos los días ante las disposiciones de una pléyade de idiotas que siguen al pie de la letra, por ignorancia o maldad, las indicaciones de sus líderes encabezados por el Presidente de la República.
El vicio por el poder que siempre manifestó quien encabeza a la nación, es ahora la maldición para los más de ciento veinte millones de mexicanos que formamos y conformamos este otrora maravilloso país. Hoy la patria languidece a causa de los extravíos autoritarios de quién enfermo de poder quiere perpetuarse aunque el juicio de la historia lo condene al ostracismo. Ensoberbecido por sus logros y alcances, así como por esa masa amorfa de incondicionales ofrecer a satisfacer todos sus desvaríos, no pasa un día sin que se afane en destruir lo que tanto construimos para darnos una patria generosa, de oportunidades para todos, y con instituciones que nuestra viabilidad como sociedad y como país.
Hoy por desgracia nos amenaza la sombra de la dictadura, pero no una dictadura basada en el orden y la ley, sino en los soliloquios de las ocurrencias mañaneras y los corifeos que por una cuota de poder se han entregado deleznablemente a un proyecto que nos llevará al fracaso como nación, porque la principal finalidad ya no es la procuración de la felicidad y la estabilidad social, sino terminar con la riqueza para administrar la pobreza y mantener esclavizados en dádivas de subsistencia a quienes por desgracia permitimos que se quedaran rezagados en la escala social por nuestra pasada ineficiencia gubernamental.
No nos engañemos, Andrés Manuel López Obrador no busca el bienestar de la gente, sino la implantación de una Dictadura similar a la que se ha enquistado en el poder en Venezuela, Ecuador, Bolivia, Honduras, y Cuba, y por desgracia cuenta con la complacencia y el apoyo de Donald Trump, quien llegara a ejercer el populismo degradando a la nación norteamericana de la que ahora muchos hombres y mujeres de Estado se mofan por la estupida complacencia de la clase media norteamericana.
Lo peor de nuestra circunstancia es que hastiados de los dislates y los hurtos de nuestra Clase Política, los mexicanos decidieron otorgarle una inmensa mayoría a quien ahora los defrauda walking hacia un proyecto comunista que al igual que los Castro en Cuba tendrán mucha relación con los grandes capos de las drogas en el Continente.Es más, la pérdida de autonomía del Banco de México significa una de las más importantes etapas de la nueva conformación del narcoestado mexicano.
Si nos asustamos cuando se dejo en libertad a Ovidio Guzmán en la fallida incursión de La Capital Sinaloense, y creímos la versión de que era para proteger a los habitantes de Culiacán, más nos asustaremos cuando este país se convierta en un narcoestado porque cada día que pasa podemos tener la certeza de que el dinero que se utilizó en la campaña permanente de quien ahora detenta el GobiernoFederal provino de esa asociación con el narcotraficante mas poderoso del mundo. Los mexicanos no podemos chuparnos el dedo, este país ya es un narcoestado. Así de simple nuestra circunstancia. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en el periodismo.