La circunstancia que estamos viviendo como país es inédita. Nunca antes habíamos vivido un exacerbado centralismo como ahora ocurre. El afamado Pacto Federal al que tanto nos referíamos en el discurso ha dejado de existir. Y puede seguir estando vigente en la letra de la Constitución De los Estados Unidos Mexicanos, pero hasta ahora los hechos muestran y demuestran que nuestro entramado legal ha cambiado, y lo peor es que
ha cambiado para mal utilizar a las instituciones ahora sometidas a los caprichos de un hombre que se siente predestinado para realizar uno de los cambios históricos más profundos de esta nación.
El problema es que hasta ahora no cuenta con esos hombres y mujeres que cumplen con las funciones ideológicas cuando los cambios sociales se hacen presentes. Quizá el más preparado de toda la casta de elementos que conforman el Congreso de la Unión y hacen la mayoría siga siendo Porfirio Muñoz Ledo, quien a pesar de su edad ha tratado de enderezar el camino del Movimiento de Regeneración Nacional hacia los canales institucionales de un sistema político y administrativo que conoce profundamente, porque ha sido uno de sus más importantes miembros en la historia política reciente del país.
Hasta ahora lo único que han mostrado los integrantes del actual régimen es una insólita habilidad para derribar el esquema político sin saber hacia dónde quieren llevar al país. Lo que que hemos percibido los mexicanos es un desorden administrativo y una insólita cualidad de los elementos de mayor confianza de quien detenta la Presidencia de la República, para hacer lo que tanto criticaron de los demás. Los negocios al amparo del poder se siguen realizando de manera cínica y descarada, pero el problema es que aquellos que se dijeron diferentes salieron peor de voraces que los de antes. El saqueo ha sido cínico y descarado no tan solo de los principales funcionarios del actual régimen, también tenemos que padecer a los voraces familiares del Presidente de la Republica.
Y en esa circunstancia se incluyen sus hijos, que ahora son prósperos empresarios inmobiliarios que detentan diversas propiedades en la Colonia Condesa de la Capital de la Republica, una concesión en uno de los paraísos del sureste para implementar un desarrollo turístico financiado seguramente por las arcas públicas del país, porque hasta antes de la llegada de su progenitor al poder no tenían oficio ni beneficio. Si de algo no tenemos duda los mexicanos, es que Andrés Manuel ha seguido fielmente el librito que llevó a Venezuela a convertirse en un país de pobres pese a estar asentados en una de las zonas más ricas del planeta en materia petrolera.
Y eso fue lo que motivó al inquilino de Palacio Nacional a prohibir la explotación de las energías limpias a cambio de hacer una refinería inviable en Dos Bocas, que hasta ahora lo único que ha mostrado es que el proyecto será uno de los mayores desastres de la historia de este país. Sin lugar a dudas al resentimiento enfermizo que ha manifestado en diversas ocasiones Andrés Manuel López Obrador con aquellos que ha culpado por no entregarle la Presidencia de la Republica, es lo que lo mueve a realizar actos de venganza sin entender que lo único que está haciendo es destruir las instituciones que le permitieron en el uso de la democracia alcanzar el poder.
El problema es que hasta ahora lo único que podemos asegurar es que el desastre está a la vuelta de la esquina, porque ese enfermizo resentimiento que sigue manteniendo nos llevará a todos los mexicanos a la desgracia. No hay muestras de cordura, ni de tener el tamaño para considerarlo un estadista, por el contrario, pareciera que su única finalidad es la destrucción del México que tanto tiempo nos ha costado construir. Y el desastre estará a la espera en el corto plazo si no somos capaces de construir una nueva mayoría en la Cámara de Diputados. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en el periodismo.