La oclocracia mexicana

Muchos se han referido al tema de la circunstancia en que se desarrollan las conferencias mañaneras de Andrés Manuel López Obrador, porque trata de discernir en qué contexto se da el éxito comunicativo que hasta ahora ha sido una novedad en el ejercicio político y gubernamental del México de nuestros días. Y no hay mucho que decir, simplemente es la sagacidad que ha tenido y mantenido un hombre acostumbrado al conflicto, a la reyerta,

al debate, ya la mentira como principal instrumento de convencimiento para los diversos grupos sociales de todo el país.

Lo primero que habrá que señalar de forma responsable es que el Presidente de la República es el mejor ejemplar de lo que los tratadistas y especialistas han definido como el “" zoón políticaikón ", y que es un concepto creado por Aristóteles cuyo significado literal de la expresión es “" animal político "que referencia al ser humano, el cual a diferencia de otras especies posee la capacidad de relacionarse social y políticamente, es decir, que tiene la capacidad de relacionarse y crear sociedades organizando la vida en ciudades.

Pero también habrá que decir que si de algo podemos tener seguridad es de que hasta ahora lo que ha utilizado el Presidente de la República como su principal forma de justificar sus acciones, es la utilización de la muchedumbre, es decir, que ha utilizado lo que Polibio, historiador griego, concibió como una de las formas de degeneración de la democracia denominándolo “Oclocracia”, cuyo significado no es otro que el gobierno de la muchedumbre. De ahí que muchos han denominado al tabasqueño como un “Oclócrata”.

Y no están alejados de la realidad, porque si de algo presume el Presidente de la Republica es de su cercanía con la gente, con los de abajo, con esa inmensa muchedumbre que durante muchos años estuvo a la espera de alguien que llegara a reivindicar su lamentable circunstancia de olvido y pobreza. Programas fueron y vinieron en los gobiernos anteriores, pero nunca la gente se sintió más cercana a un mandatario como ahora lo hacen con el tabasqueño, y esa es una de sus mejores fortalezas.

Muchos estudiosos del tema han diluido que el término “Oclocracia” no es más que el poder de la turba, y pueden tener razón, porque esa particularidad es lo que ha catapultado la hasta ahora enorme popularidad de la que sigue gozando el tabasqueño. También los expertos han señalado que algunas veces se confunde con la “" tiranía de las mayorías ”porque ambos términos están íntimamente ligados. De cualquier forma habrá que decir que hasta ahora ese manejo de masas es la parte más importante de su éxito como gobernante.

Etimológicamente la democracia es el gobierno del pueblo, y aunque los estudios del tema señalen que el peligro latente es que esa es una voluntad viciosa, confusa, o irracional, lo cierto es que hasta ahora le ha generado una amplia base social que por primera vez se siente con la capacidad de tomar decisiones, aunque en la mayor parte de las veces acudan solamente a reafirmar lo que se dice en el discurso presidencial. Sin lugar a dudas López Obrador es un especialista de los procesos comunicativos, y el problema de las oposiciones es que no han encontrado un antídoto que les permiten explicar a los mexicanos el engaño en el que están participando. Hasta ahora la sagacidad del tabasqueño ha estado por encima de los argumentos de sus opositores, y les resultará muy difícil derrumbar el mito que ha construido. Así de simple. Al tiempo.

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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en el periodismo.