Sin lugar a dudas el país pasa por una de sus más negras etapas de su devenir histórico. Y no es que pretenda crear pánico ante el catastrófico escenario que se plantea con los desatinos del gobierno encabezado por Andres Manuel López Obrador, que aparte de irresponsable se ha dedicado
a satisfacer sus ansias populistas como el demagogo de Palacio que despreció la residencia presidencial simplemente porque vivir en Palacio Nacional le otorgaba el estatus que detentan las dinastías reinantes en algunos de los países europeos.
Pero habrá que decir que antes que pensar en el simbolismo que ha pretendido implantar el señor Lopez, la realidad lo pinta y lo define como el Mandatario más irresponsable en el manejo de la Salud Pública, pero quizá más en la aplicación presupuestal del dinero que aportamos los mexicanos para el sostén del aparato burocrático y la implementación de los programas de apoyo a la generación de empleos, y sobre todo a los hombres y mujeres que por su condición de pobreza no alcanzan siquiera a satisfacer la canasta básica para sus familiares.
Hasta ahora y por desgracia los ingresos del Gobierno Federal han venido disminuyendo a causa de la crisis que se viene arrastrando desde el año 2019, y propiciada por quien en su empecinamiento por marcar la diferencia ha provocado una catástrofe financiera que ha dejado en la orfandad a los hombres y mujeres de condición humilde que se han quedado sin trabajo a causa de una pandemia que por desgracia ha sido pésimamente manejada por esa maldita casta de idiotas que ahora detentan el destino de la salud pública.
La crisis financiera provocada por la ineficiencia, la impericia y la voracidad de los hombres y mujeres que acompañan al titular del Ejecutivo en su gabinete, y que han contado con su aval para la disposición de enormes cantidades del presupuesto en sus caprichos personales, está matando de hambre a muchos de esos hombres y mujeres que perdieron su fuente de trabajo y por consecuencia ahora están padeciendo hambre y requieren de los apoyos oficiales, pero la mendicidad de aquellos que encabeza el Mandatario solamente ven la rentabilidad electoral antes que paliar el hambre de los estratos más bajos de nuestro país.
Los recortes presupuestales ordenados el año pasado fueron la consecuencia, y lamentablemente en plena pandemia siguen haciendo recortes en los programas de salud y los pocos apoyos sociales que se entregaban. Para decirlo más claro, el inquilino de Palacio Nacional prefiere dejar morir de hambre a los pobres porque el dinero de los apoyos sociales se ha estado invirtiendo en tratar de comprar conciencias para mantener la mayoría parlamentaria que necesita para seguir manteniendo su proyecto populista. Porque si de algo podemos estar seguros es de que se ha estado incrementando el dinero de los mexicanos en los proyectos personales del Presidente.
El país está a la vuelta del desastre, y Lopez Obrador comenzará a gastar dinero que no tiene para seguir adelante con su proyecto de mantener el control del Congreso, y plantear su reelección en el quinto año de su ejercicio. Aunque lo niegue, como lo ha hecho en diversas ocasiones, está siguiendo al pie de la letra el manual con el que Hugo Chávez y Nicolas Maduro han destruido a la otrora próspera Venezuela. Si no tomamos conciencia de esto los mexicanos y edificamos una nueva mayoría parlamentaria, el Mexico que durante tanto tiempo hemos edificado solamente será un recuerdo en la amargura de nuestra miseria social porque tendremos a un tirano por muchos años más. Los mexicanos tenemos la palabra. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en el periodismo.