Un Sociópata es una persona que padece una patología de tipo psicológico que provoca un comportamiento caracterizado por la impulsividad, la hostilidad y el desarrollo de conductas antisociales. Muchas cosas se han dicho en los últimos meses acerca de los trastornos antisociales de la
personalidad, y no es otra cosa que una deficiencia de la salud mental que se caracteriza por el desinterés hacia las demás personas. Lo más grave es que de acuerdo a estudios científicos, quienes padecen el trastorno de personalidad antisocial tienden a mentir, a quebrantar las leyes, y se comportan de manera impulsiva.
Señalan los estudiosos del tema que la peligrosidad del individuo y su capacidad destructiva se ven incrementadas con los medios que se allega para llevar a cabo sus planes, que en la mayor parte de las veces surgen de la rabia y la venganza. Pero también presentan un patrón dominante de inatención y vulneración de los derechos de los demás, y este rasgo se hace manifiesto no tan solo en dejar de cumplir con sus obligaciones, sino por el hecho de que si cuentan con una circunstancia que les otorgue poder, son proclives al caos sin pensar en las afectaciones a los demás. Lo peor es que al no pensar o medir el daño causado, pudiera llevar a cabo atentados de índole social, es decir los que causan daños graves a la gente.
La Sociopatía tiende a mostrar el patrón dominante del individuo por su proclividad a vulnerar los derechos de los demás de forma constante, pero habrá que señalar que este significativo rasgo se hace manifiesto no solo en dejar de cumplir con sus obligaciones, sino por el hecho de mantener el engaño como doctrina y la mentira como principal vehículo para la dominación, la estafa, o simplemente para el provecho o el placer personal. El resultado de ese engaño es sin lugar a dudas la generación de un pensamiento colectivo que permanece por mucho tiempo.
Bien dicen los especialistas que la repartición de apodos al por mayor y los ataques cuando se detenta un cargo que implique poder, es un arma que no se dejará de utilizar para mantener un lenguaje a modo para seguir edificando esa influencia que alcanza porque le genera placer. La utilización de apodos a quienes considera antagónicos a sus fines, es con el fin de despersonalizarles y convencer a los seguidores de la necesidad de su destrucción.
Pero también hay que decir que la victimización es la mejor defensa. La victimización es otra de las características cuando los fines propuestos no son alcanzados, y la utilizan como medio señalando la injusta posición de presuntos adversarios tratando de propiciar el “efecto del desvalido” para convertirse en el mártir de su propia historia. Pero si de algo se puede estar seguro es que cuando se detenta una cuota de poder, es un arma que nunca se dejará de utilizar mientras se siga destentándola, ni siquiera con sus más allegados. Para decirlo más claro, errar y victimizarse es siempre la mejor defensa del sociópata, y utilizará todos los medios a su alcance para lograrlo. Así lo señala Mariana Guerrero, especialista en criminología y en criminalista.
Si usted conoce a alguien que detente este tipo de características más vale que ponga distancia de por medio, porque son personas que aparte de su toxicidad siempre estarán buscando imponer su personal voluntad y combatir a quienes identifica como enemigos, porque el término “adversario” no forma parte de su concepcion de las cosas o de las circunstancias en que se desenvuelve. Mexico tiene muchos problemas, pero hasta ahora el de mayor urgencia es la recuperación de las capacidades del Estado, esa donde los Poderes Judicial y Legislativo forman parte del equilibrio que le otorgan viabilidad a la democracia y al destino de la gente. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en el periodismo.