Si algo tenemos que recordar los mexicanos, principalmente por la circunstancia que estamos viviendo ante un Gobierno Federal con ansias totalitarias, es que Mexico es una República Federal, es decir, una Federacion de Estados que deciden unirse para conformar un país, y donde
constitucionalmente los estados son libres y soberanos, aunque en los tiempos que estamos viviendo pareciera que el señor Andres Manuel Lopez Obrador pretendiera caminar hacia una República Centralista donde su palabra tiene que ser ley y los gobernadores simples representantes dispuestos a obedecer sus personalísimas instrucciones.
De ahí que haya surgido la ““Alianza de Gobernadores” para establecer un contrapeso que impida el establecimiento de un gobierno autoritario como hasta ahora ha sucedido, a causa de que la minoría parlamentaria integrada por los partidos de la oposición carece de la fortaleza suficiente para mantener los equilibrios políticos y administrativos tan necesarios en una democracia como la nuestra. Una de las principales metas de la Reforma Política era terminar con ese autoritarismo oficial ejercido por el Partido Revolucionario Institucional, pero en los últimos dos años perdimos la ruta y estamos al borde de una presunta dictadura en el probable caso de que el Movimiento de Regeneración Nacional y partido aliados obtengan la mayoría calificada nuevamente en la Cámara de Diputados.
Por lo pronto, y previniendo una sorpresa de esas que tanto le gustan al señor Lopez Obrador, los gobernadores de la oposición han solicitado que el propio Instituto Nacional Electoral sea incluido en el Acuerdo Nacional por la Democracia que impulsa el propio Presidente de la República, por lo que una vez respaldado el documento que busca garantizar elecciones limpias, algunos mandatarios locales también han considerado que los contenidos del documento ya están plasmados en la Constitución y en las leyes que de ella emanan.
En lo personal creo que la petición que hacen los gobernadores es válida desde el momento en que la voluntad cambiante del inquilino de Palacio Nacional pudiera dar al traste con el acuerdo suscrito, porque si de algo podemos tener seguridad, es que en uno de sus conocidos arranques pudiera tener la idea modificar el pacto con tal de mantener esa mayoría parlamentaria que le ha permitido hacer y deshacer de acuerdo a esas ocurrencias que tiene un día y otro también.
Lo que esperamos los mexicanos es que ese pacto sea de buena fe y que el mandatario se conduzca como un verdadero demócrata y Republicano. La petición de los mandatarios estatales de que el acuerdo tuviera como actor principal al Instituto Nacional Electoral, y que fuera éste quien convocara porque le corresponde la vigilancia en el cumplimiento de las normas legales en materia electoral, se quedó en el tintero, lo que muestra y demuestra la carencia de vocación republicana del ocupante del Poder Ejecutivo.
Pero también pidieron que el Presidente los convoque a temas como la Seguridad Pública, la reactivación económica, o el caso de las vacunas, pero como siempre, hizo oídos sordos. Lo que debiera entender el Presidente de la República es que la Carta Magna suscribe claramente lo que significa la División de Poderes y la soberanía de las Entidades Federativas, porque esta República, insisto, nace de un pacto en el que los Estados deciden unirse para conformar una Federación, en la que las entidades son libres y soberanas, pero al más puro estilo de los lamentables tiempos pasados, el señor Lopez Obrador pretende sujetarlos a su disposición porque no permitió el diálogo y el intercambio de opiniones. Lo único cierto es que el Presidente no escucha más de lo que le conviene, y no se compromete a respetar la letra constitucional. Así de simple. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en el periodismo.