El Presidente de la República anda de mal humor desde hace algunas semanas. Y no es porque las cosas no le están saliendo bien, sino porque sus principales operadores ya no están funcionando como antaño dedicados exclusivamente a sus personales indicaciones para construir el
entramado jurídico que le permita mayores atribuciones en materia de gasto público. Su atención está ahora en la elección venidera, porque buscarán a toda costa reelegirse pese al desgaste que ha sufrido el Movimiento de Regeneración Nacional y satélites que lo han acompañado en los últimos tres años.
Andres Manuel López Obrador necesita más dinero para mantener el ritmo de las dádivas que entrega a diestra y siniestra porque es la única oportunidad que tiene de mantener su mayoría parlamentaria, esa que le permite imponer su personalísima forma de ejercer el poder presidencial que hasta ahora le otorga niveles aceptables de popularidad, y la circunstancia le causa agobios y hasta temores, porque en un probable escenario de crecimiento de las oposiciones en la representación popular, le significaría muchas dificultades para disponer de los recursos económicos como lo ha venido haciendo, y seguramente tendría problemas para su disposición evadiendo la rendición de cuentas.
Por lo pronto en una decisión desesperada dio a conocer que subirá el apoyo a seis mil pesos bimestrales a cada uno de los beneficiarios, es decir el doble de lo que reciben, lo que indica que sus momios pudieran no alcanzarle para vestir como antaño a esos hombres y mujeres que saldrán a buscar votos y que lo han ayudado a mantener la mayoría que necesita el habitante de Palacio Nacional, concediéndole cuanto dinero requiere aunque se tenga que endeudar al país, porque de lo que se trata es de mantener el proyecto populista.
Y claro que el Presidente de la República tiene muchas posibilidades de conservar su mayoría, ya que las oposiciones no terminan siquiera de reagruparse y mucho menos han construido escenarios propicios para salir a las calles para reactivar a sus militantes. Han entrado en una etapa de comodidad ante los malos resultados que en materia económica y de gobernanza y gobernabilidad ha tenido la mal llamada Cuarta Transformación, además de los desatinos y excesos presidenciales que hasta ahora le han acarreado una sensible baja en la aceptación del Presidente de la República.
Apostarle a eso es lo peor que pudieran hacer las oposiciones, y más ante la cercanía de las elecciones intermedias donde seguramente habrá un voto de castigo que quizá no les alcance para intentar la reorganización interna de los equilibrios en el país, lo que espera la mayor parte de los mexicanos que hasta ahora han manifestado su intención de construir una nueva mayoría que frene el destino de este país. Hoy la moneda está en el aire, pero insisto, difícilmente habrá una nueva mayoría parlamentaria porque ni siquiera de eso se han ocupado las fuerzas agrupadas en un disminuido frente que se acerca nuevamente al fracaso. Si el Presidente de la República se alza con en triunfo en la elección intermedia, podremos decirle adiós al México que tanto trabajo nos ha costado construir y mantener vigente porque a la vuelta de la esquina estará la dictadura y el autoritarismo. Insisto, solamente la decisión de la sociedad civil pudiera detener la embestida populista que cada día se acerca más al destino de los mexicanos.
Andres Manuel López Obrador no está en su mejor momento de popularidad, pero del otro lado, en las oposiciones, no existe coherencia ideológica para estructurar un frente fuerte y cohesionado, a menos que la sociedad civil retome su papel convirtiéndose en el fiel de la balanza. La esperanza fallida enarbolada por el Presidente de la República pudiera convertirse en un desastre politIco, pero somos los mexicanos los que tendremos la última palabra. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en el periodismo.
Andres Manuel López Obrador necesita más dinero para mantener el ritmo de las dádivas que entrega a diestra y siniestra porque es la única oportunidad que tiene de mantener su mayoría parlamentaria, esa que le permite imponer su personalísima forma de ejercer el poder presidencial que hasta ahora le otorga niveles aceptables de popularidad, y la circunstancia le causa agobios y hasta temores, porque en un probable escenario de crecimiento de las oposiciones en la representación popular, le significaría muchas dificultades para disponer de los recursos económicos como lo ha venido haciendo, y seguramente tendría problemas para su disposición evadiendo la rendición de cuentas.
Por lo pronto en una decisión desesperada dio a conocer que subirá el apoyo a seis mil pesos bimestrales a cada uno de los beneficiarios, es decir el doble de lo que reciben, lo que indica que sus momios pudieran no alcanzarle para vestir como antaño a esos hombres y mujeres que saldrán a buscar votos y que lo han ayudado a mantener la mayoría que necesita el habitante de Palacio Nacional, concediéndole cuanto dinero requiere aunque se tenga que endeudar al país, porque de lo que se trata es de mantener el proyecto populista.
Y claro que el Presidente de la República tiene muchas posibilidades de conservar su mayoría, ya que las oposiciones no terminan siquiera de reagruparse y mucho menos han construido escenarios propicios para salir a las calles para reactivar a sus militantes. Han entrado en una etapa de comodidad ante los malos resultados que en materia económica y de gobernanza y gobernabilidad ha tenido la mal llamada Cuarta Transformación, además de los desatinos y excesos presidenciales que hasta ahora le han acarreado una sensible baja en la aceptación del Presidente de la República.
Apostarle a eso es lo peor que pudieran hacer las oposiciones, y más ante la cercanía de las elecciones intermedias donde seguramente habrá un voto de castigo que quizá no les alcance para intentar la reorganización interna de los equilibrios en el país, lo que espera la mayor parte de los mexicanos que hasta ahora han manifestado su intención de construir una nueva mayoría que frene el destino de este país. Hoy la moneda está en el aire, pero insisto, difícilmente habrá una nueva mayoría parlamentaria porque ni siquiera de eso se han ocupado las fuerzas agrupadas en un disminuido frente que se acerca nuevamente al fracaso. Si el Presidente de la República se alza con en triunfo en la elección intermedia, podremos decirle adiós al México que tanto trabajo nos ha costado construir y mantener vigente porque a la vuelta de la esquina estará la dictadura y el autoritarismo. Insisto, solamente la decisión de la sociedad civil pudiera detener la embestida populista que cada día se acerca más al destino de los mexicanos.
Andres Manuel López Obrador no está en su mejor momento de popularidad, pero del otro lado, en las oposiciones, no existe coherencia ideológica para estructurar un frente fuerte y cohesionado, a menos que la sociedad civil retome su papel convirtiéndose en el fiel de la balanza. La esperanza fallida enarbolada por el Presidente de la República pudiera convertirse en un desastre politIco, pero somos los mexicanos los que tendremos la última palabra. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en el periodismo.