Si de algo podemos estar seguros es de que el consumo de drogas en éste país está incrementándose considerablemente desde que el gobierno abandonó la lucha permanente contra los cárteles.
Y eso quiere decir que o se mantiene esa complicidad entre quien ahora rige los destinos de este país y el principal y más poderoso cártel del Continente, el de Sinaloa, porque en la memoria de los mexicanos todavía sigue latente el episodio en el que el Presidente de la República ordena la liberación de Ovidio Guzman, y después hace un largo viaje de casi seis horas para saludar a la Madre de Joaquin Guzmán Loera.
Y es que ese tipo de muestras ha puesto a volar la imaginación de muchos analistas quienes han expresado que atrás de ese comportamiento existe un acuerdo, negociación, componenda o simplemente permisibilidad para que los distintos carteles de la droga puedan seguir envenenando no tan solo a los norteamericanos, también a los mexicanos que por desgracia han entrado en el mundo de los estupefacientes como activos consumidores y rehenes de las drogas sintéticas porque muy poco le importa al régimen encabezado por el tabasqueño la salud pública de los mexicanos.
Los distintos cárteles ahora parecen contar con amplios espacios de complicidades porque nuestras leyes los tipifican como delitos que debiera combatir la Federación, que hasta ahora poco le ha importado que los niveles de consumo en la República Mexicana haya incrementado considerablemente. Ya no es tan solo la cocaína y la heroína, ahora las distintas bandas que participan en el auge del consumismo interno también proveen al mercado nacional con metanfetamina y fentanilo. Para decirlo más claro, los narcotraficantes han sido mucho más letales que la pandemia del coronavirus.
Por lo pronto Estados Unidos ha lanzado la advertencia de que si el gobierno mexicano no mejora sus mecanismos de erradicación y el combate a los cárteles de la droga, corre el riesgo de que sea considerado como un país que abdica de su responsabilidad y deja de cumplir los compromisos internacionales vigentes del control de drogas, lo que también pudiera significar que esa permisibilidad es la que ha incrementado considerablemente la disponibilidad de drogas en la mayor parte del territorio nacional.
Hasta ahora hay oídos sordos y ojos ciegos en el Gobierno Mexicano encabezado por un mandatario que desde el inicio de su administración prefirió dejar la lucha que durante tantos años se mantuvo vigente para proteger a la población joven que es la que mayormente busca ese tipo de consumo. El problema es que aunque no se quiera reconocer, la actividad de los distintos cárteles representan una grave amenaza no tan solo para Mexico y los mexicanos, también para la estabilidad social ya que esas bandas mantienen un férreo control de diversas partes del territorio mexicano.
Insisto, poco le importa al Mandatario mexicano que en el informe sobre la Estrategia Internacional de Control de Estupefacientes 2021 elaborado por el Departamento de Estado, se señala puntualmente que el gobierno mexicano no se ha esforzado lo suficiente en mantener el combate al narcotráfico y el lavado de dinero no tan solo por la corrupcion existente, también por la determinación presidencial de "dejar hacer y dejar pasar" manteniendo su méndigo discurso de que son mejores los abrazos que mantener la estrategia de los balazos. La idiotez en todo su esplendor, aunque "entre las patas" se sigan perdiendo muchas vidas. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it..
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en el periodismo.