Sin lugar a dudas Andres Manuel López Obrador encabeza un gobierno diferente a los anteriores. Ahora la venganza es justicia, y la justicia impartida por las instituciones del Poder Judicial de la Federación el símbolo de un régimen “corrupto” que consolidó un país viable que ahora
está siendo derribado porque la finalidad inmediata es el establecimiento de una dictadura populista. Así de simple lo que estamos viviendo con azoro porque la regresión es el sino de estos tiempos y de este régimen tanto o más corrupto que los anteriores.
Nunca pensamos que esta circunstancia sería el sello distintivo de un gobernante que ha vertido en sus alocuciones mañaneras más de cuarenta y cinco mil mentiras para mantener el engaño que durante más de veinte años construyo pululando por todos los rincones del país. Bien dicen por ahí que los pueblos tienen los gobiernos que merecen, y hasta ahora ese engaño sigue latente y seguirá mientras la mayoría de los mexicanos de todas las latitudes reaccionen ante el desastre de país que nos están construyendo, desmantelando las instituciones y desapareciendo organismos que por su carácter autónomo nos alejaban de la tentación autoritaria.
Ahora resulta que el propio Presidente de la República ordenó la detención de seis soldados que en uso de sus atribuciones de defender el territorio nacional fueron apresados de manera ilegal por haber utilizado la defensa propia establecida en nuestra Constitución, respondiendo a las agresiones de que fueron objeto, para ser llevados por un grupo de contrabandistas guatemaltecos que invadieron nuestra frontera sur a territorio guatemalteco violado todo principio de Derecho Internacional.
Lo peor de todo es que los delincuentes pusieron como condición que fueran encarcelados para poder entregarlos a las autoridades mexicanas, y desde luego que el gobierno de Andres Manuel López Obrador cedió y concedió a los delincuentes la satisfacción de sus condiciones, ordenando indemnizarlos con un millón seiscientos mil pesos para el contrabandista que fue abatido en la agresión que encabezó contra nuestras fuerzas armadas. Para decirlo más claro, la soberanía nacional y nuestro territorio nacional fueron humillados y mancillados.
Pero también nuestros soldados fueron encarcelados por cuidar a la Patria y proteger sus vidas respondiendo la agresión de que fueron objeto en utilizamiento de su derecho a la defensa propia. Nunca antes los mexicanos pensamos que el gobierno mexicano se postraría ente un grupo de delincuentes guatemaltecos, y eso es parte de esa complicidad que también se ha externado con los grupos delincuenciales que se dedican al tráfico de drogas y al secuestro de mujeres para explotación sexual.
Sin lugar a dudas el Presidente de la República tendrá sus razones para haber actuado de esa forma, pero se ha pasado la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, esa que juro guardar y hacer guardar, por el arco de sus pantalones, porque se piensa dueño y señor de un país con más de ciento veinte millones de habitantes, y la única oportunidad que tendremos para evitar esa dictadura a la que aspira, es la siguiente elección. Los mexicanos tendremos la palabra para decidir si nos esclavizan con un régimen populista, o retornamos a esa realidad que a pesar de todos los avatares que hemos padecido nos ha otorgado viabilidad como nación y como sociedad. Así de simple. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en el periodismo.