Sin lugar a dudas el tiempo avanza inexorablemente en contra del proyecto político de Andrés Manuel López Obrador y seguidores, y la razón es que hasta ahora no han podido maniobrar para el establecimiento del régimen populista al que siempre ha aspirado para mantener como rehenes de sus
apetitos a todos los mexicanos como ha venido ocurriendo en Venezuela y otros países, que copiaron el mismo modelo de gobierno implementado por Hugo Chávez que vino a deformar el pensamiento político en el Continente y ocasionó una regresión que nos remontó hasta los tiempos de las dictaduras militares.
Hasta ahora la mejor muestra del desastre de un régimen populista ha sido el empobrecimiento de la mayor parte de los venezolanos, quienes tienen que buscar en la basura y en los desechos algo que sea comible para no fallecer de hambre y llevarlo para alimentar a sus hijos. Resulta patético que en estos tiempos en que los avances tecnológicos nos han facilitado la vida existan gobiernos que pretendan sujetar al individuo a revivir los tiempos en que esas comodidades no eran parte de nuestra habitabilidad, pero sobre todo, nos permite alcanzar a comprender lo que pasan y padecen quienes viven en regímenes de esas características.
Pero hay que señalarlo con todas sus letras, aquel que durante mucho tiempo recorrió la inmensa geografía de el país y que se asumió como un demócrata, se ha transformado ahora en el principal ejemplo de lo que puede ser la edificación de un régimen autoritario que nos transforme en un modelo similar al de los países empobrecidos por la mendicidad de sus gobernantes. Y es que los hechos muestran y demuestran que ese es el rumbo que ha venido recorriendo Andres Manuel López Obrador para modificar nuestro entramado constitucional e implantar las bases que le permitan en los siguientes años lograr su objetivo.
Los mexicanos estamos siendo partícipes de un brutal engaño montado por el habitante de Palacio Nacional y su ejército de seguidores en las Cámaras de Diputados y Senadores, que como nunca ha ocurrido en la historia reciente del país, están esperando que les den las instrucciones para hacer realidad las ansias dictatoriales del Presidente de la República para modificar cuantas leyes se necesite y construir ese régimen en el Congreso Mexicano al más puro estilo de una presunta Cuarta Transformación que vendría a convertirse en el calendario patrio en la continuación de nuestras gloriosas etapas de lucha social que han sido La Independencia, La Reforma y La Revolución Mexicana.
Intentar equiparar un simple movimiento político en un régimen de gobierno como los que instauraron los héroes que en este país veneramos por su entrega y disposición para alcanzar mejores condiciones de vida, es una estupidez, porque en la finalidad son diametralmente opuestos. La independencia, La Reforma y La Revolución la hicieron hombres visionarios que buscaban que los mexicanos elevaran su calidad de vida, y lo que ahora padecemos es la instauración de la pobreza y la miseria como modelo de control para saciar las ansias dictatoriales del sujeto que se colocó la careta de demócrata y que ahora enseña su verdadero rostro, que quizá sea peor que el de los tiranos del Continente.
Si algo podemos decir ahora de Andrés Manuel López Obrador es que bajo la careta del demócrata que utilizó durante tanto tiempo, ocultaba el rostro de la tiranía, pero este país es más grande que sus ambiciones totalitarias porque esta elección en la que estamos enfrascados será definitoria para recuperar nuestros derechos a decidir el destino de todos los mexicanos. México está en uno de sus momentos más difíciles, y la revolución que necesitamos instaurar es de conciencias para evitar el destino de la mendicidad a la que aspira el inquilino de Palacio Nacional. El voto será nuestra principal arma, y los mexicanos tendremos que elegir entre la dictadura y la democracia. Mexicano, tú tienes la palabra. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en el periodismo.