Que siempre Si...

Bien dicen por ahí que es de sabios rectificar, aunque sea la primera vez que lo haga en lo que va del sexenio. El Presidente de la República señaló que ““sí queremos una clase media, y queremos sacar de la pobreza a millones de mexicanos para constituir un nueva clase media más humana, más fraterna,

más solidaria, eso es lo que buscamos, que mejoren en sus condiciones de vida, en sus condiciones de trabajo, pero que también que no dejen de voltear a ver a los desposeídos, a los necesitados, a los marginados”.

Más adelante señalo “que no se les dé la espalda a los que sufren, y que además estén más conscientes y más politizados para que resistan campañas de manipulación, que no sean presa fácil de la manipulación que orquestan los grupos de intereses creados, los que no quieren que haya cambio, porque a ellos les conviene mantener el régimen de corrupcion, de injusticias, de opresión, de privilegios. Tiene que ser una gente muy despierta, muy inteligente”. Vaya con la letanía presidencial, porque sus palabras llevan un doble filo, por un lado busca que la clase media apoye las decisiones de un gobierno absolutista, y que a la vez tenga mayor solidaridad con los desposeídos.

Ojalá el Presidente de la República entendiera la dimensión de lo que señala con sus huecas disertaciones mañaneras, porque si de algo se puede preciar este país es de tener una de las clases medias más industriosas, preparadas, emprendedoras, solidarias, pero sobre todo critica, y eso no le gusta, porque somos entes pensantes que siempre estamos realizando valoraciones acerca del fenómeno político y gubernamental, y porque que señalamos lo que bien se hace y despreciamos a quienes engañan con sus prédicas populistas disponiendo de nuestro dinero para sus proyectos personales.

Por si no lo sabe el Presidente de la República, fomentar la pobreza es un brutal estupidez de cualquier gobernante en cualquier parte del mundo. Cuando hizo un llamado en una de sus mañaneras aconsejando a los mexicanos que “si ya tenemos un par de zapatos para que más, si se tiene la ropa indispensable, solo eso. Si se puede tener un vehículo modesto para el traslado ¿porque el lujo?”. El problema de Andrés Manuel López Obrador es que muchas veces se le olvida que hasta ahora los medios de comunicación llevan en recuento de los excesos que ha cometido, como prestarle ciento cincuenta millones de pesos de dinero público a Epigmenio Ibarra, y que esperamos ver cuando los regresa, porque ese dinero que pertenece al país y a todos los Mexicanos.

Por otra parte su discurso resulta contradictorio, porque hasta ahora sus hijos han dado a los mexicanos una excelente muestra de cómo disfrutar la vida de forma austera viajando a exóticos destinos como Dubai, en jet privado, y darse la gran vida cuando nunca han trabajado, y mientras tanto los niños con Cáncer siguen muriendo porque les quito los medicamentos que les daban esperanza, la gestión gubernamental para protegernos del Cobid19 ha sido brutalmente ineficiente, y somos los propios pobladores los que hemos tenido que protegernos porque el sujeto que designó para aconsejarnos provocó innumerables muertes con su desdén y falta de probidad.

Que le quede claro que los periodistas no tenemos nada personal contra el Presidente de la República, simplemente reseñamos la circunstancia en que asume y maneja el poder del Estado Mexicano, pero también analizamos y valoramos los resultados, que por cierto hasta ahora son catastróficos. Pero un gobernante que pide austeridad a su pueblo, que no haga derroches, que no asuma los lujos como forma de vida, mientras su propia familia derrocha el dinero público haciendo negocios y viajando cómodamente, no es más que un cínico mentiroso. Así de simple. Al tiempo.

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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en el periodismo.