El señor Andres Manuel López Obrador tiene un grave problema. Y no es que pretenda desprestigiar a la institución que representa, porque bastante lo ha hecho el mismo con la interminable serie de mentiras que ha vertido durante lo que lleva al frente del Gobierno Federal. Los mexicanos no somos tontos
como el lo supone, porque hemos logrado sobreponernos a mayores contingencias que la que el representa. El sismo de 1985 nos dotó de una peculiaridad: el apoyo solidario a los que corren riesgo y están el peligro de perder la vida. Hasta ahora hemos mantenido esa costumbre, porque siempre estamos en los lugares donde ocurren las desgracias, y está vez no será distinto. Pero el inquilino de palacio hace gala de su mala memoria, porque tiene otros datos cuando de reclamarle sus decisiones se trata. Claro esta que hasta ahora ha mostrado una mendicidad que nunca vimos en mandatarios anteriores.
Quizá el único que podría compararse con él es Victoriano Huerta, que siempre tuvo desprecio por la vida de los demás y por su carácter de asesino serial, lo mismo que podríamos señalar del Presidente de la Replública cuando condenó a muerte a los niños con Cáncer y dejó que cada quien se rascara como pudiera al inicio de la pandemia del coronavirus. Ahora no le agradaron los datos publicados por el Coneval acerca de la pobreza que padecen la mayor parte de los mexicanos de todos los rincones de este aún maravilloso y solidario país, y cuya encomienda principal es la elaboración de indicadores sobre uno de los problemas más graves que siempre ha tenido México.
Esa maldita pobreza pareciera se ha profundizado más en los últimos tres años, es decir, desde la llegada de Andres Manuel López Obrador a la Presidencia de la República. Las estadísticas que se dieron a conocer son bastante graves. De acuerdo a los indicadores del Informe ““Medición multidimensional de la pobreza en Mexico” el número de personas en situación de pobreza ascendió a cincuenta y cinco millones setecientos mil mexicanos, o sea que el incremento durante su mandato es de casi cuatro millones de personas, lo que quiere decir que hemos confirmado su propósito de empobrecimiento de la mayor parte de los ciudadanos de todas las latitudes con la finalidad de utilizarlos como rehenes de los programas sociales, y mantenerlos recibiendo esas dádivas que debiera invertir en la generación de fuentes de empleo.
““No aceptó el resultado de esa encuesta, tengo otros datos. Creo que la gente está recibiendo más apoyo y aún con la pandemia la gente tiene para su consumo básico y, algo muy importante, no ha perdido la fe”. Vaya con la mendicidad del Presidente de la República y su proclividad por la mentira y por minimizar los problemas reales que él mismo ha propiciado por su carencia de conocimiento de los procesos de la economía. Pero habrá que señalar que ese es el resultado de su fracaso como profesionista, porque tardo cerca de catorce años en terminar su carrera en la Universidad Nacional Autónoma de Mexico.
Me parece que Lopez Obrador no puede seguir mintiendo y señalando que “la gente tiene para su consumo básico, aunque el Coneval haya mostrado ese rostro de tirano que asoma con su mendicidad personal al pretender negar una lamentable realidad con su cantaleta de siempre: tiene otros datos. Lo que debiera tener es tantita vergüenza y un poco de solidaridad con aquellos que la están pasando mal a causa de no contar con un empleo porque es lo que menos le importa. Que la gente no tenga posibilidad de alcanzar un empleo digno es su principal tarea, pero como no le gusta el sector empresarial porque le compite en la asignación de programas sociales, prefiere que los mexicanos se empobrezcan aún más para mantenerlos como rehenes de las dádivas gubernamentales.
Por si no lo recuerda, porque quizá padece amnesia, una de sus principales ofertas en campaña fue que todos los mexicanos tendrían empleo, y lo único que ha logrado con su populismo rampante es el empobrecimiento de más de ocho millones de mexicanos. Y lo peor es que ha destinado dinero nuestro para apoyar a las dictaduras del Continente Americano. Su nueva estrategia es la de vender gas, que fue una ocurrencia de Nicolas Maduro para mantener como rehenes de sus dádivas a los venezolanos. Pobre país con un ignorante cargado de rencor y mendicidad en Palacio Nacional. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.