Sin lugar a dudas cuando observamos un desastre es porque los cálculos fallaron, las cosas se hicieron mal, la Planeacion fue defectuosa, la implementación problemática, o simplemente porque la estupidez ha sido mayúscula, y hay que señalar que en los momentos que vivimos en este país los
desastres están a la vuelta de la esquina y nos estamos acostumbrando a ello porque pareciera que esa estupidez a la que me he referido es el sello de ese presunto bodrio ideológico carente de ideas que es la mal llamada Cuarta Transformación, y cuya obra gubernamental ha sido un brutal desastre para los mexicanos de todas las latitudes.
Uno de los proyectos más emblemáticos de lo que significa la idiotez, y que se ha denominado ““Refinería de Dos Bocas”, será denominado por las siguientes generaciones el monumento a la corrupcion porque hasta ahora la inversión es cuantiosa y todavía ni siquiera se han logrado contener las constantes inundaciones no tan solo en los linderos marítimos, sino en los parajes aledaños porque se les ocurrió levantar un presuntuoso proyecto de producción petrolera en donde ni siquiera el suelo es firme para soportar el peso de las construcciones metálicas, y para colmo de males, el propio océano y las lluvias se han encargado de convertir eso en un brutal desastre.
Ni que decir de la deforestación que se ha venido realizando en diversas partes de la selva para tender las vías de lo que será el Tren Maya, otro de los inventos monumentales de Andrés Manuel López Obrador con tal de seguir obteniendo dinero para asegurar la vida de su descendencia hasta por diez generaciones. Los cuantiosos negocios han sido producto de esa mente perversa que siempre ha tenido el actual Presidente, quien ha sido por cierto el hombre que más dinero ha gastado con tal de llegar a la Primera Magistratura, aunque nunca haya invertido un solo peso suyo, porque su especialidad durante toda su vida ha sido la extorsión.
La facilidad que ha tenido Lopez Obrador para convertirse en un hombre rico, porque ahora compite con los grandes magnates de este país, también le deja cuantiosos dividendos, como es el programa Coordinacion de Política Energética en Hidrocarburos, qué pasó de un presupuesto inicial aprobado por la Camara de Diputados de 45 mil millones de pesos a 113 mil millones, es decir, un incremento del ciento cincuenta y uno por ciento, de lo que seguramente obtendrá una cuantiosa fortuna para vivir dichosamente en el extranjero, porque quedarse aquí sería muy peligroso ya que podría ser encarcelado por muchos años.
Haciendo una comparación, los recursos que se implementarán en su capricho de la Refinería de Dos Bocas, son equivalentes a 1.7 veces el monto destinado para la salud de los mexicanos. Pero lo peor de todo es que en este país la Secretaria de Hacienda puede disponer de los recursos etiquetados por los diputados como le venga en gana al Presidente que tiene un especial empeño en disponer de manera discrecional del dinero público sin que le importen las consecuencias. Para decirlo más claro, el que propone y dispone es uno solo, y se llama Andres Manuel Lopez Obrador.
Por desgracia, después de tanto luchar por insertar la rendición de cuentas en la letra de la ley, hoy observamos una brutal regresión a los tiempos en que tanto criticaba el ahora Presidente de la República a los gobiernos tricolores, lo cual no deja de ser una cínica forma de incrementar el odio hacia ese pasado al que ahora regresa porque no sabe hacerlo de otra forma. Andres Manuel López Obrador es producto de ese sistema político caduco que pretendimos dejar en el pasado y que ahora regresa con mayores bríos porque su incongruencia formó parte de esa estrategia para alzarse con el poder. La desgracia de éste país se llama Andres Manuel López Obrador sin lugar a dudas. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.