Por mucho que sus detractores pretendan restarle méritos a su gobierno, la realidad de Quintana Roo es diametralmente diferente al estado que recibió
después de varias administraciones que serán recordadas como un verdadero desastre. Para decirlo más claro, no se puede negar que existe un antes y un después, y en el antes los descarados hurtos fueron la constante. Quintana Roo se constituyó en estado de la Federación el 8 de octubre de 1974 contando con un potencial turístico que pocos lugares en el mundo detentan.
Hace cinco años Carlos Joaquin Gonzalez alcanzó uno de sus más caros anhelos: ser Gobernador de su estado natal, Quintana Roo. Previamente fue Presidente Municipal de Solidaridad, lugar mundialmente conocido y reconocido como “Playa del Carmen”, uno de los paraísos más bellos y visitados ubicado en la mundialmente afamada Riviera Maya del país. Toda su vida profesional ha sido especialista en materia turística, incluso fue Subsecretario de Turismo en el Gobierno Federal, de donde salió hace poco más de cinco años para buscar el cargo que ahora detenta: Gobernador Constitucional del Estado Libre y Soberano de Quintana Roo.
La recesión económica provocada por la pandemia del “coronavirus” afectó gravemente al país y al mundo, y desde luego que el estado de Quintana Roo no estuvo exento de esas graves consecuencias, pero en los primeros cinco años de gobierno hubo logros importantes en economía ya que la tasa de crecimiento fue de 4.43 por ciento, una de las mejores del país, y por cierto, Quintana Roo recuperó el liderazgo de la creación de empleos con casi noventa mil nuevos puestos de trabajo, convirtiendo al estado en uno de los que más rápido ha crecido desde que comenzó la reactivación económica.
Pareciera una exageración señalar que la pandemia no derrotó a los quintanarroenses, y con disciplina y esfuerzo Carlos Joaquin encabezó la recuperación de la grave crisis que enfrentaron muchos lugares en este país. Pero también hay que señalar que Carlos Joaquin fue producto de la decisión de los quintanarroenses de sacudirse los graves hechos de corrupcion que los lastimó gravemente en el pasado reciente, y por primera vez en la historia del joven estado se produjo una alternancia y transición política en respuesta a la demanda de miles de hombres y mujeres industriosos, que unieron fuerzas para vislumbrar un futuro distinto.
Si de algo se puede preciar Carlos Joaquin, es la alianza que establecieron sociedad y gobierno para trabajar juntos, compartiendo esfuerzos para recuperar la confianza de quienes sufrieron el cínico saqueo de los recursos públicos, además de desterrar la intolerancia y el autoritarismo que caracterizó a los últimos gobiernos antes de su llegada. Recuperar la confianza en las inversiones no fue fácil, por el contrario, los excesos del pasado reciente desalentaron a la mayor parte de los quintanarroenses que por fortuna ahora recuperan la confianza en el gobierno encabezado por Carlos Joaquin.
Una de las recientes promesas de Carlos Joaquin es que Quintana Roo seguirá creciendo y consolidando su liderazgo turístico mundial para el bienestar de los quintanarroenses y las futuras generaciones. El logro de ordenar el estado y sanearlo económicamente, no fue fácil, porque se tuvo que enterrar de raíz todo lo malo, incluso lo corrupto e impune de los últimos dos gobiernos. La certeza y la limpieza en el manejo de las finanzas públicas es ahora una realidad, pero sobre todo, que los quintanarroenses pueden tener la sólida esperanza de que al final habrá buenas cuentas. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.