Finalmente el año de 2021 terminó como muchos auguraban. Por desgracia lo único que podemos señalar es que el año pasado tuvo la tasa más
alta de inflación en los últimos veinte años, y aunque no le guste a los miembros de la mal llamada Cuarta Transformación está circunstancia es un brutal retroceso y un fracaso del gobierno encabezado por Andrés Manuel Lopez Obrador quien sigue pensando que los mexicanos lo adoran y que aceptan cada uno de sus constantes yerros y fracasos porque de lo que se trata es de cambiar al país.
Y claro esta que cambiar a un país no es una tarea sencilla, y menos cuando la soberbia y la mendicidad está en cada uno de los principales miembros de ese bodrio gubernamental encabezado por un Mandatario que no entiende que no entiende, y que no es lo mismo vociferar en cada una de las plazas públicas de toda la geografía mexicana los defectos y fracasos de los gobiernos anteriores, que entregar cuentas que satisfagan a cada uno de los sectores sociales que desde luego están pendientes de lo que por ellos hacen los gobernantes.
México no es un país que haya sido exitoso en la gestión gubernamental, por el contrario, la desesperanza de los ciudadanos es manifiesta cada seis años, y por desgracia esa siembra de esperanza que encabezó durante muchos años quien ahora lidera los esfuerzos del Gobierno Federal para entregar buenas cuentas a los mexicanos, hasta ahora no es más que un gobierno fallido que muchos sectores comienzan a rechazar porque los resultados son nulos en lo social, desastrosos en lo económico, y con una alta carga de mentiras y presuntas verdades que se desvanecen ante la evidencia de uno de los más grandes fracasos de nuestra historia.
El año pasado terminó con la tasa más alta de inflación en los últimos veinte años, y esa circunstancia evidencia que el fracaso del gobierno de Andrés Manuel Lopez Obrador es uno de los más desastrosos de la historia moderna, y uno de los engaños más elaborados para alcanzar el poder por el poder mismo, sin entender que el poder tendría que ser utilizado para mejorar la circunstancia de las clases más desprotegidas, para que los que más ganan cumplan con el pago de sus impuestos para que exista la posibilidad de completar el círculo virtuoso de la economía, y que las clases menesterosas reciban oportunidades para salir de su postración.
Hasta ahora los resultados obtenidos por Andrés Manuel López Obrador indican que estamos frente a uno de los mayores desastres de nuestra historia, y que el engaño que montó durante tantos años de peregrinar por todos los rincones del país, no es más que la muestra de que la mendicidad está en cada uno de nosotros, porque decidimos que aquel que sin bases ofreciera un país mejor sembrando el odio contra sus presuntos adversarios, se alzara con el triunfo sin que hasta ahora haya entendido que su ejercicio es para favorecer a todos los mexicanos, y no para satisfacer el caudal de egolatrías que acumuló durante tantos años.
La mejor muestra de su declive en el ánimo de los mexicanos, ha sido la estupidez de sus principales colaboradores para colocar una estatua con su efigie en uno de los lugares más emblemáticos y tradicionales de donde han surgido infinidad de políticos exitosos o al menos miembros de una clase política que formó y conformó las profundas raíces de ese sistema político que sigue vigente ante el fracaso de la mal llamada Cuarta Cuarta Transformación que hasta ahora encabeza la mayor parte de los fracasos de Andrés Manuel Lopez Obrador. La estatua fue derribada seguramente por ese atrevimiento de colocar a López Obrador en el centro neurálgico del grupo político más poderoso del país. Bien dicen por ahí que la soberbia es mala consejera, y la estupidez de un gobernante el más grande daño para un país. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septién. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.