Sin lugar a dudas Nicolás Maduro ha sido pilar fundamental de este país. Hasta ahora todo lo que ha hecho con Venezuela lo está haciendo Andrés Manuel
López Obrador con nosotros. Y claro que la cosa le pinta fácil porque hasta ahora sigue al pie de la letra el librito del populismo bolivariano y pareciera que le está dando resultado. Los indicadores señalan que el empobrecimiento de los mexicanos está resultando un éxito, que la economía va a la baja, que la militarización del país es palpable, y que la democracia está condenada a convertirse en una dictadura, claro esta si no ocurre una desgracia por la precaria salud del inquilino de Palacio Nacional.
Pareciera que a este gobierno todo le sale mal, pero la realidad es que esta circunstancia forma parte del libreto bolivariano, de esa persistencia por establecer una dictadura a partir del empobrecimiento de los mexicanos, y hasta ahora lo están cumpliendo. Un ejemplo de ello son las promesas de campaña que hasta ahora siguen siendo solamente promesas, porque la finalidad es diametralmente opuesta a lo que señalaba en sus constantes concentraciones populares a lo largo y ancho del país.
Pero todavía existe una amplia franja de mexicanos que no está dispuesta a plegarse a las bastardas aspiraciones del hombre que tiene por misión la destrucción de nuestra realidad, de inhibir las aspiraciones colectivas por una mejor vida a través de dádivas gubernamentales que nunca permitirá a los pobres salir de su ignominia. Si usted analiza las promesas y la forma en que se dispone de los recursos públicos podrá darse cuenta de la mendicidad de un hombre por destruir lo que con tanto anhelo hemos construido, por la precarización a esos pobres que son la principal arma para mantener vigente un gran ejército de adeptos para el asalto final a la democracia mexicana.
Andrés Manuel Lopez Obrador nos miente todos los días, y poco le importa que la realidad demuestre lo contrario porque su realidad tiene que imponerse a través de la dádiva oficial, en la descalificación de los adversarios, en la fuga de capitales, en la inhibición de la inversión pública porque el dinero se requiere para ensanchar la Banda de afectos a través de la compra de conciencias, pero sobre todo, en la mentira oficial de todos los días a través de su presunta conferencia mañanera que hasta ahora ha sido el arma más útil para sus fines porque le permite sembrar el odio entre las diversas clases sociales.
Prometió construir dos mil sucursales del presunto Banco del Bienestar, y hasta ahora han podido poner en funcionamiento menos de trescientas. Prometió un aeropuerto de primer mundo y más económico, y hasta ahora no se termina de edificar el de Santa Lucía a un costo mayor que el de texcoco y con menos espacios para las llegadas y salidas, porque en el costo también se incluye a la compra de conciencias de la plana mayor del Ejército Mexicano que ha corrompido otorgándoles prebendas y desde luego que también las utilidades que se generen para que sean leales a sus propósitos.
Aseguró que terminaría con la violencia, y hasta ahora lo único que hemos constatado es su complicidad con todos los carteles delincuenciales del país que controlan la mayor parte de los territorios en la mayoría de los estados. Por lo que corresponde a la corrupcion, hoy más que nunca el dinero se puede robar sin que existan consecuencias jurídicas para los corruptos, porque están protegidos por el corrupto mayor. Si en algo ha sido exitoso es en empobrecer a los mexicanos, porque ahora tenemos más de seis millones de pobres que durante los gobiernos anteriores. Ni que decir del sistema de salud, ya no existe, y los pobres se tienen que morir porque ya no existe la salud pública. Pero lo más deleznable es que se haya dejado morir a los niños con Cáncer porque los medicamentos salen muy caros. Podrirse en el infierno es poco castigo para un hombre que ha causado tanto daño. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.