Señor Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador: soy un simple periodista de esos que siempre lo han criticado. Y lo he hecho durante
mucho tiempo porque considero y creo que el ejercicio periodístico es fundamental para el mantenimiento de la democracia y la defensa de los derechos de los mexicanos de todas las latitudes de este aún maravilloso país que usted intenta destruir. Desde luego que esta aseveración seguramente será distinta a la que usted tiene de quienes todos los días relatamos lo que ocurre en todos los rincones suelo patrio.
Usted todos los días no tan solo atenta contra la libertad de expresión. Sus peroratas mañaneras están encaminadas a desprestigiar el trabajo que hacemos muchos hombres y mujeres al epitetarnos como enemigos de su proyecto político y de país, solamente porque vertimos opiniones contrarias a sus ocurrencias palaciegas que son producto de su inventiva y no de un proyecto viable, alcanzable y medible, que hasta ahora solamente ha provocado una brutal regresión similar a la de los gobiernos anteriores que tanto critica.
En uno de sus desplantes cotidianos, usted señaló que espera que los periodistas Carlos Loret de Mola y Carmen Aristegui, le ofrezcan una disculpa por la publicación y difusión del reportaje llamado ““La Casa Gris”, esa que rentaba su hijo mayor José Ramón López Beltrán y donde vivía a ““Cuerpo de Rey” con su amada esposa, cuya propiedad detenta un empleado de la empresa Baker Hugues. Pero también dijo que continúa esperando una disculpa de los periodistas Carlos Loret de Mola y de Raúl Olmos por realizar dicha investigación, así como de Carmen Aristegui por promoverlo y difundirlo.
Cuando de desviar la atención de los yerros que usted comete y de los jugosos negocios que realiza al amparo del poder que detenta, siempre acusa a los demás, sobre todo a los periodistas cuya principal función es esa, investigar y publicar los excesos del poder, esos mismos que usted comete a cada rato y cotidianamente. Llamar “cara doble” al periodista Carlos Loret es otra de sus constantes costumbres de lanzar epítetos a diestra y siniestra cuando usted, ha sido el mandatario más corrupto de la historia reciente de este país.
Usted es un cínico redomado, y sus hijos unos vulgares ladrones, y le digo por qué, una vez que usted fue declarado Presidente Electo, los utilizo para comenzar sus pillerías al frente del poder, y ellos han sido una pandilla de saqueadores impunes. Le digo por qué lo afirmo: una noche citaron a los líderes petroleros durante la madrugada para platicar con ellos el precio de no meterlos a la cárcel. Esa noche sus “"Trivagos” recibieron la propiedad de varios departamentos y casas en La Riviera Maya a cambio de impunidad. También cincuenta y cinco millones de dólares en efectivo, y para aderezar el pastel, ese Jet en el que viaja su hijo mayor a paraísos fiscales con su linda esposa.
Desconozco si a esos paraísos fiscales es a donde va a parar el dinero que han sustraído ellos y usted de las arcas públicas de este país. Pero puede tener la seguridad de que algún día los alcanzará la ley, porque ante su estela de odio que ha regado durante tantos años por todas partes, existen muchos hombres y mujeres que solamente esperan la oportunidad para cobrarles los agravios y el dinero que les quitaron. Usted, que tanto predica la austeridad y la decencia, es el mayor ladrón de todos los tiempos, incluso más que Antonio de Padua Severino López de Santa Anna, quien vendió medio país.
Como dice el refrán popular: "La mentira dura mientras la verdad no llega" ¡El que la hace la paga! Puede tener la seguridad de ello. Al tiempo.
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Lic. En Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.