La Kakistocracia es un término utilizado en el análisis y la crítica política para designar a un gobierno formado por los más ineptos, los más incompetentes,
los menos calificados, y su definición se contrapone a la Aristocracia, que todavía sigue sosteniendo doctrinariamente su posición como el gobierno de los mejores. Sin lugar dudas, la etapa que como país estamos viviendo se aleja de la concepción de esa democracia que ha sido interpretada por el pensador Italiano Norberto Bobbio como la sociedad de los ciudadanos cuando son reconocidos sus derechos fundamentales.
Hoy los derechos fundamentales de los mexicanos están siendo conculcados por el proyecto populista encabezado por Andrés Manuel López Obrador, que se ha quitado la careta del demócrata que siempre dijo ser para descararse intentando avasallar a los órganos autónomos que nos hemos dado los mexicanos con los que logramos alejarnos de la tentación autoritaria, que por desgracia hoy regresa con la careta de una reforma Constitucional que sometería a los órganos y autonomías a la decisión presidencial.
El aspirante de tirano Andrés Manuel López Obrador ha decidido enviar una Reforma Constitucional para que la autoridad electoral vuelva a estar supeditada a los designios de las esferas gubernamentales, con la mascarada de que los Consejeros Electorales deben ser elegidos por el pueblo y no por los representantes populares como hasta ahora ha venido ocurriendo después de un proceso de propuestas y auscultación de perfiles, para que sean elegidos a través del voto popular, y desde luego que solamente participaran quienes tengan la venia presidencial.
Hoy por desgracia la democracia que tanto hemos venido fortaleciendo y defendiendo los mexicanos de todas las latitudes del país está en riesgo, y lo peor de todo es que el mismo Presidente de la República y sus principales colaboradores han violado la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos al realizar proselitismo para que el Presidente siga en el encargo cuando el mismo fue quien propuso someterse a la revocación de mandato con la finalidad de utilizar el artilugio como una preparación para alargar su mandato Constitucional.
Por desgracia habrá una secuela cargada de mendicidad y de oprobio, porque atentará con los principios democráticos insertos en la letra Constitucional de la no reelección, porque el siguiente paso que hará el Presidente de la República es una consulta ciudadana para que los mexicanos votemos porque siga en la Presidencia de la República, con lo que se rompería de lleno con el precepto constitucional de “sufragio Efectivo, no reelección” que ha otorgado a los mexicanos la seguridad de que no habría nunca más una tiranía en este país.
El tirano se ha quitado la careta de demócrata y enseña su verdadero rostro, el de un autócrata ambicioso de poder que intentará permanecer mucho tiempo sojuzgando a todos los mexicanos mediante un nuevo cuerpo constitucional que tirará a la basura los derechos civiles, para someternos a sus designios personales. La viabilidad del México que hemos construido y la democracia que nos hemos dado están en riesgo por una aspiración de implantar una tiranía populista que vede derechos y suprima libertades. ¿Eso es lo que quieres mexicano? Nuestra única oportunidad es la calle, y sitiar Palacio Nacional y las cámaras para evitar el destrozo de la nación, de ese México que hemos construido durante mucho tiempo, y que ahora peligra por la mendicidad y aspiración tiránica de Andrés Manuel López Obrador. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.