Sin lugar a dudas, la votación en contra acerca de la Reforma Eléctrica marcará un antes y un después en la administración del Presidente de la República,
Andrés Manuel López Obrador, quien reaccionó como siempre y de forma airada, señalando que ya no enviará más iniciativas en materia energética, pero haciendo un llamado a los próximos aspirantes a la Presidencia de la República, continuar insistiendo con su propuesta. Si con ello pretende dar por sentado que uno de los suyos será Presidente de la República, creo que se está extralimitando porque los siguientes meses habrá un declive mayor, como siempre ocurre en los dos últimos años de ejercicio presidencial.
“No voy a volver a enviar otra iniciativa de Reforma Eléctrica porque me quedan dos años, cinco meses, pero quienes vienen detrás lo deben intentar, hay que recuperar los bienes del pueblo, de la nación, que oligarcas corruptos de México entregaron a los extranjeros”. Pero independientemente del tema eléctrico, se dio la oportunidad de señalar que en un último intento por proteger los energéticos envió una reforma a la Ley Minera en la que se plantea el litio como un bien de la nación, buscando que no exista la posibilidad de que se otorguen nuevas concesiones para su explotación.
Pero habrá que esperar hasta el siguiente lunes para saber cuál es la decisión de los integrantes de la Cámara de Diputados, que seguramente estarán valorando si es viable o vuelve a ocurrir otro episodio como el referente a la Reforma Eléctrica. De cualquier manera, los cabilderos de Presidencia de la República estarán saturados y prestos para alcanzar esa mayoría que les podría dar la oportunidad de que la iniciativa del Presidente sea aceptada, pero también puede ocurrir lo mismo que con la energética, ya que es otro de sus desplantes populistas buscando desviar la atención de la inmoderada tala de bosques con el pretexto del Tren Maya y que ahora sabemos que el negocio es la brutal devastación para aprovechar las maderas finas de la región.
Por lo pronto la aprobación del Presidente de la República disminuyó seis puntos tan solo en febrero hasta llegar al 54 por ciento, la aceptación más baja que ha tenido desde que alcanzó el poder, y eso no es un buen augurio como él lo piensa, porque sin lugar a dudas seguirá disminuyendo por ese talante autoritario que ha mostrado y que provocó el retiro de muchos de sus seguidores desde que las promesas dejaron de cumplirse a causa de su mal desempeño como Mandatario, quien ha preferido hacer negocios con sus hijos antes que velar por la viabilidad de la Nación.
Sin lugar a dudas, el punto de quiebre fue el escándalo de la Casa Gris en Houston en la que habitaba su hijo José Ramón López Beltrán, hecho que le restó trece puntos porcentuales entre los meses de diciembre y febrero, y su desaprobación alcanzó el 43%, lo que habla del enojo popular y la capacidad de los mexicanos de analizar los hechos y tomar una decisión. Hasta ahora este es el nivel más bajo en la popularidad de López Obrador, y sin lugar a dudas disminuyó su aceptación por los excesos de su hijo mayor.
Por cierto, las mujeres fueron las mayormente desaprobaron la gestión presidencial y le están cobrando la factura. El declive es real, y en lo personal no creo que pueda repuntar, porque hasta ahora no tiene mayores asideros que su mañanera, que ya tiene cansados a la mayor parte de los mexicanos a causa de sus excesos, la corrupción de sus hijos, y los malos resultados en materia económica. Por lo pronto el derrumbe de la 4T es real y se avizora que vienen tiempos más difíciles para el Presidente de la República, quien pudiera terminar peor que José López Portillo. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
Lic. En Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por el Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.