Y sigue en la necia...

Carlos Loret sigue viento en popa señalando los actos lesivos protagonizados por Andrés Manuel López Obrador y sus principales colaboradores

y allegados. Y no es que se trate de una guerra como el mismo Mandatario lo ha señalado, no es más que la revisión continua de sus deslices, dislates y los actos de corrupción que han protagonizado sus principales colaboradores, quienes han mostrado y demostrado en lo que va del actual gobierno que no son más que una banda más del crimen organizado desde las esferas gubernamentales.

Después de observar el desarrollo de los hechos, los periodistas no podemos más que hacer señalamientos precisos para señalar que los principales miembros de la mal llamada Cuarta Transformación han sido quizá mucho más corrupta que cualquier gobierno anterior, incluido el que protagonizó Enrique Peña Nieto, quien hasta ahora parece un simple mocoso que le quita los dulces a sus compañeros de escuela, cuando Andrés Manuel López Obrador se compara con uno de esos porros que mantenían asolada a las diferentes escuelas de la UNAM.

Uno de los casos emblemáticos de esta vulgar forma de asaltar las arcas públicas y relacionarse con las bandas del crimen organizado, es que hasta ahora cuentan con patente de corso para hacer lo que les venga en gana en cualquier parte del país. Los principales ladrones son los hijos del propio Presidente de la República, a quienes enseñó muy bien las triquiñuelas que él mismo utilizó para asaltar las arcas públicas de los estados que visitaba con la amenaza de armar conflictos. Así, López Obrador se convirtió en el principal especialista de los conflictos sociales, mismos que le redituaron una considerable riqueza con su modista vivendi de asaltar a los gobernadores.

Cuando el Presidente de la República se siente amenazado por algunas publicaciones que relatan sus propias triquiñuelas, siempre acude al pasado para evadir el presente, y los mexicanos probamos y comprobamos que López Obrador ha construido uno de los sistemas políticos más corruptos de la historia del país acompañado de una caterva de saqueadores quienes sin distinción de sexo muestran el mismo perfil delincuencial del inquilino de Palacio que todos los días se dice incorruptible cuando las muestras de su maldad la comprobamos día a día.

En lo personal creo que Andrés Manuel López Obrador se ha convertido en un problema para el país a causa no tan solo de su vocación por apropiarse de los caudales públicos, sino por el engaño que monto y que ahora los mexicanos de todo el país están entendiendo que eligieron a uno de los más grandes ladrones que registra la historia de este alicaído país. Las evidencias salen a relucir todos los días, de ahí que aborrezca a los periodistas, porque pese a que nos ha perseguido, seguimos haciendo nuestro trabajo de relatar los excesos del poder, y aunque no le guste, lo seguiremos haciendo, porque la primera peculiaridad que tenemos quienes hacemos periodismo es la valentía.

Insisto, el mayor ladrón de la historia de este país no es Antonio Severino de Padua López de Santa Anna, y el López de ahora ha sido quien le ha quitado el pedestal que ocupó durante más de cien años. Andrés Manuel López Obrador pasará al registro de la historia como el Mandatario Más Corrupto de Todos Los Tiempos, incluso que aquel que se atreviera a vender parte del territorio nacional. Y guardadas las proporciones, el saqueo de los recursos maderables finos a través de su bodrio de Tren Maya, lo hará aparecer en los registros de la historia como el mayor devastador de la naturaleza del sureste mexicano. Al tiempo.

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Lic. En Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por el Instituto Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.