Sin lugar a dudas, las ambiciones personales se están presentando en los momentos aciagos que vive este país, con la incertidumbre que se tiene
con los integrantes del gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador. Hasta ahora los mexicanos observamos con azoro el desastre administrativo que tienen y mantienen los principales integrantes de ese bodrio de hombres y mujeres impreparados que se asumen como los salvadores de la patria cuando la realidad indica que más que exaltarla la destruyen todos los días.
El principal destructor de la patria es sin lugar a dudas Andrés Manuel López Obrador, quien ha sido el responsable no tan solo del desastre administrativo, sino de una estrategia personalista que rompe con la institucionalidad a causa de que todo lo quiere controlar, todo lo quiere disponer, y todo lo quiere encabezar. Los integrantes del gabinete tienen una importante tarea todos los días, y no es otra cosa que esperar a que los llamen para obedecer ciegamente las instrucciones por muy descabelladas que sean y al costo que sean.
Lo peor de todo es que el propio Presidente de la República decidió adelantar el proceso sucesorio en el que participarán, de acuerdo a lo que ha dicho siempre, de que en su gobierno existen muchos hombres y mujeres que podrían encabezar al nuevo gobierno que se conformará una vez que él termine su gestión. Pero habrá que señalar también alberga una escondida pretensión, y que no es otra cosa que el anhelo de perpetuarse en el poder, como lo han hecho todos los populistas del Continente.
Ahora se ha convertido en el paladín de todos ellos, porque ha repartido enormes cantidades de dinero de los mexicanos entre los mandatarios populistas que han aprovechado la circunstancia para solidificar sus propias dictaduras, pero nunca repartiendo el dinero que el señor López les manda, porque de lo que se trata es de mantener de rehenes a los pobladores a través de las dádivas institucionales como lo hace el propio Andrés Manuel López Obrador, quien ha perfeccionado este mecanismo para someter por hambre a los mexicanos más empobrecidos.
Si de algo podemos tener la seguridad los mexicanos de todas las latitudes es que el señor López Obrador no tiene la mínima intención de ceder y conceder el poder a alguno de los integrantes de su gabinete, por el contrario, intentará mantener la estratagema de que ante la petición popular de que le han pedido que siga en el poder, realizará una consulta popular para que sea la gente quien determine si se va o se queda, y repartirá dinero en todas las partes del país para que esa consulta le resulte favorable.
Mencionar a Claudia a Sheinbaun o a Marcelo Ebrard Casaubón será recurrente en los siguientes meses para dejar que sean las diferentes organizaciones morenistas quienes comiencen a solicitar que se efectúe un referendo para ver si la gente quiere que el señor López se reelija, como lo han ensayado los tiranos que por desgracia están matando de hambre a los pueblos del Continente. Mal haríamos los mexicanos en pensar que ya se va, porque todo indica que seguiré intentando consolidar esa base social que le permitirá hacer exitosamente ese ejercicio para buscar que se amplíe su mandato. Pobre país si los mexicanos no reaccionamos de forma similar al proceso revocatorio. Al tiempo.
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Lic. En Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por el Instituto Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.