Sin lugar a dudas, algo le ha estado ocurriendo al Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, quien por desgracia evidencia que su salud
se ha deteriorado en los últimos años, y esto tiene que preocuparnos a los más de ciento veinte millones de habitantes que vivimos en este país. Hasta ahora han sido diversas las ocasiones en que su mañanera se ha visto empañada con diversas equivocaciones, citas inconexas, fallas de memoria, pero lo peor son esos espacios vacíos que son más pronunciados cuando trata de hilar alguna idea.
De una simple frase mal construida ha estallado una tremenda preocupación entre los mexicanos por otro de esos desplantes, en los que la inconexión entre la circunstancia a relatar y las palabras utilizadas causan extrañeza entre quienes desde Palacio Nacional reseñan todos los días la verborréica forma en la que se da a conocer por el propio Presidente de la República lo que se hace, lo que se deja de hacer, y lo que se quiere hacer. ““Un gobierno sin corrupción no sirve para nada” fue la contundente frase que pronunció el Presidente de la República, y que ha causado extrañeza por sus implicaciones en la salud del mandatario.
Y esta circunstancia debe preocupar a los mexicanos todos, porque hasta ahora ha demostrado tener un talante absolutista donde no caben las propuestas y consejos de su gabinete, por el contrario, su voluntad está por encima de cualquier cosa y no permite ni siquiera que alguien lo asesore o le indique que esa verborrea mañanera ya no le está funcionando, porque la gente le ha perdido el interés por esa parsimonia con la que pretende seguir ideologizando a los mexicanos todos los días. Y como dicen por ahí, el que mucho habla mucho se equivoca.
Andrés Manuel López Obrador ha demostrado que es sobre dotado en materia de comunicación política, y hasta ahora mantiene un nivel aceptable de popularidad, pero las mediciones indican que en el corto plazo comenzará la disminución y el desinterés de los mexicanos que estarán pendientes no tan solo de los graves problemas que tiene este país, sino los asuntos pendientes que se han mantenido a la espera de su posible resolución. Para decirlo más claro, la disminución en los índices de su popularidad indican un severo hastío de la gente por sus constantes mentiras.
Siempre hemos criticado su forma de hilar sus mensajes, que por cierto son muy contundente, y eso le da un plus a la hora de comunicarse con esa masa amorfa de sus incondicionales adeptos. Y también es claro que no se puede gobernar a un país de más de ciento veinte millones de habitantes lanzando peroratas en cadena nacional, y mucho menos intentando seguir con los procesos de ideologización de quienes lo llevaron al poder. Para decirlo más claro, algo está fallando en la estrategia de comunicación porque ha disminuido severamente la amplia audiencia que mantenía.
Esa cita de que no podía recordar por culpa del Covid el nombre de un famoso escritor alertó y preocupó al equipo que se encarga de su salud. Trastabilló mucho para recordar a Ernest Hemingway, y desde luego que causó preocupación en su equipo médico, pero más en su gabinete, de donde salieron los rumores y la propuesta de que Marcelo Ebrard debiera encargarse del Ejecutivo en lo que resta del sexenio. Y claro está que quien más preocupada estaba era Claudia Sheinbaun, quien ya se asume como Candidata Presidencial, y sin la figura del tabasqueño, nunca alcanzaría la Presidencia de la República. La circunstancia encendió las alarmas en el gabinete, y se destaparon los rumores de que el interino sería Adán Augusto. Esperemos a ver qué pasa. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.