El presidente de los Estados Unidos de Norte América, Joe Biden, siempre ha dado muestras de ser un hombre de Estado,
y preparado para la toma de decisiones de alto calado por ser el responsable de la política interna y externa de una de las naciones más grandes del mundo económicamente y poblacional ente hablando, pero, sobre todo, poseedora de un inigualable poder armamentístico que ha mostrado y demostrado cuando de hacer gala de ese poderío se trata intimidando a propios y extraños, a amigos y enemigos.
El sistema político norteamericano tiene infinidad de recursos en materia de política internacional para mejorar o empeorar las relaciones con los amigos, o a quienes considera adversarios, para imponerles sus condiciones cuando de relacionarse se trata, y lo ha mostrado con el gobierno encabezado por Andres Manuel López Obrador, quien ha presumido siempre que tiene y mantiene una cercana amistad con el mandatario norteamericano. Quizá lo que no ha entendido es que Estados Unidos no tiene amigos, sino servidores para sus principales finalidades internacionales, y Mexico no será la excepción.
Por lo pronto, sin realizar ceremonia alguna en torno al muro fronterizo, su gobierno ha decidido reanudar de forma discreta una de las obras emblemáticas de Donald Trump, y que no es otra cosa que el Muro en la frontera con nuestro país en una franja limítrofe entre Arizona y Sonora, y el único argumento que esgrimió el gobierno norteamericano es que esas obras forman parte de un proyecto humanitario y de seguridad que serán operados en el corto plazo, lo que quiere decir que habrá un cierre de sus fronteras ante la migración sudamericana que el mandatario mexicano ha venido apoyando.
Sin aspavientos y mucho menos correr la cortesía a su homólogo Andres Manuel López Obrador, dio la instrucción de que se reanudarán los trabajos de la edificación del Muro que iniciará Donald Trump entre el país norteamericano y el nuestro, lo que habla de que esa migración de personas que ha permitido López obrador entren a nuestro país para transitar hacia el vecino del norte, tendrán que quedarse en territorio mexicano porque no podrán acceder a los permisos para internarse en el país más poderoso del mundo.
La decisión del Presidente Norteamericano significa un llamado de atención al Presidente Andres Manuel López Obrador quien ha propiciado una fuerte migración de hombres y mujeres provenientes de Centroamérica, Cuba y diversas naciones sudamericanas, que hasta ahora han sido apoyadas incluso con dinero de los mexicanos con tal de mostrar y demostrar a la nación más poderosa del mundo que tendrá que plegarse a los dictados de los mandatarios populistas del hemisferio, sin pensar en las posibles consecuencias para nuestra nación.
Insisto, Joe Biden es un hombre que pese a ser uno de los más poderosos del mundo le ha propiciado amplios espacios al mandatario mexicano en las relaciones bilaterales, pero en esta ocasión le está enviando un duro mensaje para que deje de permitir la migración de centroamericanos y sudamericanos hacia el territorio estadounidense, y lo previsible es que muchos de ellos se queden en la franja fronteriza y a este país se le forme un problema más por esa extraña forma de López Obrador de jugar con fuego pensando que siempre tendrá la razón. Creo que esto es un duro mensaje que debiera meditar. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.