Sin lugar a duda, Andres Manuel López Obrador sigue siendo uno de los ejemplares políticos más avezados de la historia de este país.
Y más cuando las oposiciones no entienden lo que ha venido ocurriendo en los últimos años a causa de su empecinamiento de mantener la confrontación con el presidente de la República que hasta ahora sigue con altos índices de aceptación pese a las evidencias de corrupción de sus principales colaboradores, y el detrimento de la calidad de vida de la mayor parte de los mexicanos de todas las latitudes del país.
Por lo pronto, y para vergüenza de sus opositores, llegó a estos cuatro informes de gobierno con altos índices de aprobación entre los mexicanos, lo que habla que pese a sus excesos de una u otra forma están satisfechos con su gestión al frente de la Nación. Pero el gran mal que ha enfrentado este país es el de la corrupción, y por desgracia y con todo y las afirmaciones del Primer Mandatario en el sentido de que ya no hay corrupción, los hechos lo desmienten.
Por lo pronto ha manifestado que ha cumplido noventa y ocho de los cien compromisos que estableció el primero de diciembre del 2018, aunque habrá que ver si es verdad que esos compromisos existen, porque la tónica de la mentira compulsiva sigue siendo la constante, y el ocultamiento de la información pública en algunas ocasiones se esconde con la trillada frase de que son de seguridad nacional, como lo hizo recientemente con la construcción y los costos del Tren Maya.
Por lo pronto los mexicanos han tenido que recetarse una verdad a medias en el sentido de que ha cumplido noventa y ocho de los cien compromisos que estableció en su discurso del Primero de Septiembre del dos mil dieciocho, festejando con el bastón de mando que le entregaron los presuntos dirigentes de los pueblos indígenas del país, lo que no pasa de ser una curiosa anécdota de su presunta simpatía con los pueblos originarios, a pesar de que ellos son los menos favorecidos por las políticas públicas del Presidente de la República.
Por cierto, entre los faltantes está la descentralización del Gobierno Federal, cuya planificación ni siquiera se ha iniciado ya que hasta ahora no existe ni siquiera un proyecto ejecutivo en ese sentido, lo que quiere decir que no es lo mismo hablar y prometer que cumplir. Por lo que respecta a la promesa de resolver el caso de los estudiantes de Ayotzinapa que fueron asesinados, no hubo una sola mención en ese sentido, lo que habla de que las investigaciones no han tenido avance alguno y seguiremos especulando durante los años venideros.
Presumir que se contuvieron los homicidios y que ahora están a la baja no es más que el éxito de la estratagema de ocultar las cifras verdaderas. Otras de las azarosas afirmaciones fueron de que el gobierno ya no participa en los fraudes electorales, pero de alguna manera las grandes cantidades de dinero que tienen los morenistas son la mejor evidencia de que el dinero público es el mejor aliado de las candidaturas del Movimiento de Regeneración Nacional y sus aliados, que hasta ahora superan con mucho lo que hacían los gobiernos anteriores. No hay nada nuevo bajo el sol, es el mismo discurso y las mismas mañas para seguir engañando a los mexicanos. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.