El Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles es un desastre. Y no se requieren razones o fundamentos para hacer una aseveración de ese tipo
porque la evidencia la conocemos todos los mexicanos. Andrés Manuel López Obrador sigue pensando que los mexicanos somos una caterva de idiotas para no darnos cuenta del desastre de gobierno que encabeza y la quiebra de las finanzas públicas que ahora no le alcanzan para mantener sus programas sociales con los que compra voluntades a diestra y siniestra siempre y cuando estén en posibilidades de votar.
El abandono de la terminal Aérea de Santa Lucía es evidente, y por mucho que pretenda engañar a los mexicanos presentando su operación como un éxito, la realidad indica que hasta ahora son solamente dos vuelos diarios los que se operan desde esa antigua Base de Santa Lucía. Lo peor de todo es que el presunto Aeropuerto cumplió sus primeros meses de operación en medio de un incremento de sus pasivos derivado de las deudas con sus proveedores, la escasa operación de sus pistas, la baja utilización de sus espacios comerciales y los pocos servicios para la operación en tierra de las aeronaves, revelan sus estados financieros a junio de este año.
Y esta circunstancia tan lamentable no es producto de quienes hacemos periodismo en este país, simplemente nos hemos dedicado a relatar el desastre en que se encuentra la antigua ““Base Aérea de Santa Lucia” que hasta ahora el inquilino de Palacio ha pretendido que los mexicanos nos traguemos su estratagema que hasta ahora es otro de los grandes caprichos del inquilino de Palacio Nacional, cuyas decisiones seguramente realizadas con sus patas, porque no creo que haya existido un sesudo análisis para determinar convertir a Santa Lucia en un Aeropuerto Internacional.
Para decirlo más claro, Santa Lucia es la muestra de ese empeño del todavía presidente de la República por tomar determinaciones fuera de la realidad pensando que sus ocurrencias son la panacea para remediar la saturación de los vuelos desde la Ciudad de México, después del capricho de cancelar el Aeropuerto de Texcoco que llevaba más de setenta por ciento de construcción y cuya Planeación fue realizada por especialistas internacionales. Mucho dinero le costó a este país el idiota capricho encabezado por López Obrador.
Para colmo de males, seguimos tirando dinero porque al cierre de junio ha revelado que el pasivo del aeropuerto se ha ubicado en más de doscientos treinta y un millón de pesos, y que la operación ha estado subsidiada por las aportaciones presupuestales de la secretaria de Hacienda y Crédito Pública, así como por las que realiza la secretaria de la Defensa Nacional. Muy caros le han salido los constantes caprichos de López Obrador no tan solo al país, sino s los mexicanos de todas las latitudes.
Lo peor de todo es que el capital invertido en Santa Lucia, con todo y los hurtos que en su construcción de hayan realizado, ha salido cinco veces más caro que la Construcción que se realizaría de uno de los aeropuertos más modernos del país, lo que quiere decir que los robos protagonizados por Andrés Manuel López Obrador han sido cuantiosos, y sus caprichos personales también. “El Aeropuerto Fantasma” de Santa Lucia será la obra más emblemática de la estupidez de Andrés Manuel López Obrador. Así de simple. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.