La voracidad del presidente de la República no tiene límites. Y en lo personal creo que nunca los ha tenido porque ha sido el hombre que ha dispuesto
de miles de millones de pesos durante su vida pública. Al principio de su carrera extorsionando a gobiernos y gobernantes, y después tuvo que formar un partido político y conformar una estrategia para seguir contando con inmensas cantidades de dinero que le daban los gobernadores para evitar que utilizara la tribuna pública para hablar mal de ellos. Así vivió durante mucho tiempo y de esa forma mantuvo vivo su activismo político.
Después utilizaría a las instancias del Partido de la Revolución Democrática como proveedores de enormes capitales para seguir recorriendo todos los rincones del país. Para decirlo con todas sus letras, el político más caro que ha tenido la historia de este país se llama Andres Manuel López Obrador. Y no se trata de demeritarlo, sino de evidenciar la forma en que operaba para llegar a su más cara ambición: detentar el poder de manera personalista y disponiendo del dinero de los mexicanos de todas las latitudes de este aún hermoso país.
Para decirlo más claro, Andres Manuel López Obrador siempre ha operado gastando enormes cantidades de dinero porque ha sido un febril extorsionador para alcanzar sus fines de alzarse con el poder de este país, y ahora que lo detenta sigue manteniendo esa tónica de disponer discrecionalmente de los caudales que aportamos los mexicanos de todas las latitudes a la Hacienda Pública. Para decirlo más claro, sin dinero Lopez Obrador nunca habría alcanzado el poder en este país, y nunca tuvo pudores para aceptar el financiamiento del crimen organizado y las bandas delincuenciales de todo el país.
Ante la eventualidad de la disminución de los caudales públicos a causa de la pandemia que hemos enfrentado en los últimos tres años, la Hacienda Pública ha disminuido drásticamente su captación de caudales, y eso lo ha metido en un problema que pretende solucionar como siempre lo ha hecho, disponer de las rentas públicas en su provecho hasta terminar desfalcando al gobierno que encabeza. Para decirlo más claro, su gran preocupación es no tener dinero a su entera disposición, porque siempre lo ha tenido y gastado de forma personalista.
Ahora pretende robar a quienes han mantenido depósitos bancarios durante muchos años, y todas estas cuentas tienen dueño, y aunque sus titulares hayan desaparecido físicamente, ahí están los herederos que son los que tienen los derechos para reclamar esos capitales. Pero eso poco le importa porque siempre ha estado acostumbrado al hurto de capitales. Tanto que hasta ahora encabeza un gobierno en quiebra, es decir, un gobierno sin recursos para mantener su proyecto político que como siempre ahora requiere mucho dinero para la etapa más obscura de su administración.
Ahora decidió cínicamente enviar una iniciativa para que su gobierno pueda utilizar los recursos de las cuentas abandonadas en el Sistema Bancario de este país, sin detenerse a pensar que esos recursos tienen dueños, y son los herederos de quienes durante mucho tiempo guardaron sus capitales, y de los cuales seguramente disponían de los rendimientos mensuales para vivir. Lo que pretende realizar es el peor acto de rapiña que puede realizar un ser humano, disponer del dinero que no le pertenece. El problema es que Andres Manuel López Obrador siempre ha dispuesto del dinero de los demás, y también lo utilizo para alzarse con el poder, y ahora quiere saquear las cuentas para comprar conciencias a través de sus dádivas para intentar mantenerse en el poder. Así de simple. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.