Sin lugar a duda todavía le duele el entripado que ha estado padeciendo desde que la Sociedad Civil Organizada
le dio una muestra de unidad ante los embates de su gobierno y sus intentos por mantener centralizadas a las dependencias que todavía cuentan con autonomía, como lo ha sido el Instituto Nacional Electoral, institución que hasta ahora cuenta con la confianza ciudadana. Y claro que en un arranque de encono sentenció que de una u otra forma impondrá su voluntad, esa que quiere utilizar para que los mexicanos nos sujetemos a sis designios.
Ya anunció que tiene un plan B para la presunta Reforma Electoral que pretende imponer por todos los medios posibles con la finalidad de concentrar mayor poder y alcanzar su más Preciado anhelo de convertirse en un Dictador como los demás líderes populistas del hemisferio. Aquellos que siempre lo tildaron de populista y remedo de tirano, tenían mucha razón, y hoy asoma los dientes del autoritarismo intentando mantener un control de daños y amenizando a tirios y troyanos, lo que habla de su infinita mendicidad como persona.
Como el sátrapa que es, se quita la careta de demócrata y enseña los dientes del tirano que ha sido siempre. Ahora señala que no permitirá que se quede la reforma de sus adversarios, y de paso amenazo con dar a conocer al pueblo la iniciativa que enviará para que se elijan a Consejeros y Magistrados Electorales, y que no hayan plurinominales, además de señalar que muchos de los que se oponen a sus designios quisieron pasar por fifis y solo eran aspiracioncitas, y terminó señalando que ““no estoy de acuerdo con ellos, , creo que no tienen vocación democrática, muchos de ellos son simuladores y muchos de ellos son corruptos, clasistas y racistas.
Vaya con el entripado que le provocaron los mexicanos al inquilino de Palacio Nacional, y lo previsible es que ante la posibilidad de comenzar a perder diversos espacios del poder que ha pretendido concentrar, comience a radicalizar su gobierno aprovechando a sus bases populares antes que buscar una reconciliación entre los mexicanos. Sin lugar a duda Andres Manuel López Obrador está entrando en desesperación ante la pérdida del control de la mayoría de las masas amorfas de mexicanos que antaño lo veneraban.
Pero también habrá que señalar la valentía de Ricardo Monreal al no avalar el proyecto populista del señor López Obrador pretendiendo vulnerar la soberanía popular que detentamos los mexicanos de todos los rincones del suelo patrio, y que dieron una muestra cívica de rechazo a la intentona populista comunista que han pretendido implantar los asesores enviados por el sátrapa cubano Miguel Díaz Canel, cuyas mayores hazañas son la tiranía y matar de hambre a uno de los pueblos más empobrecidos desde la Revolución Cubana encabezada por Fidel Castro.
Clasistas, aspiracioncitas, corruptos, racistas, simuladores, y un sinfín de epítetos más muestra en toda su dimensión el odio que siente por quienes no pensamos como el, pero sobre todo, la advertencia de que seguirá intentando por todos los medios a su alcance el establecimiento de una tiranía similar a la de Cuba, y seguramente su inmensa necedad será el detonante de una crisis social porque ahora pretende utilizar a sus adeptos para confrontar a quienes no estamos con él en su intento por perpetuarse en el poder. Eso no lo permitiremos nunca los mexicanos. Ojalá recuerde la primera estrofa del Himno Nacional. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.