Después de desear feliz navidad a los mexicanos de todas las latitudes de este aún maravilloso país,
el Presidente de la República señaló que pasaría la navidad con su esposa, Beatriz Gutiérrez Mueller y sus hijos, buscando parecerse a la mayor parte de los mexicanos, o al menos dar la impresión de que sigue siendo un hombre austero, y creyente de las bondades de las celebraciones del fin de año. Después de tantos años de observar sus desplantes desde que se alzó con el poder en este país, existe una amplia franja de mexicanos que han comenzado a detestar la forma en que engaña a los mexicanos.
Por lo pronto compartió un mensaje de navidad deseando felicidad a las personas que se adhieren a los festejos, pero se dio el lujo de hacer algunas reflexiones sobre el papel de Jesucristo, a quien calificó como el dirigente social más importante de la historia de la humanidad. Y desde luego que seguirá siendo el mismo aventurero que hemos conocido durante tantos años, y que solamente se contentará con señalar que vamos bien, que somos un país privilegiado, y que los mexicanos estamos muy contentos y felices con su gobierno.
Nunca antes un aventurero de la política causó tanto daño como lo ha hecho Andres Manuel López Obrador, quien hasta ahora lo único que ha conseguido es el incremento brutal de la pobreza de aquellos que antaño se significaban como una franja de pobres, que por desgracia se han empobrecido más a causa de que se han contentado con recibir dádivas gubernamentales antes que intentar insertarse en las diferentes áreas de la economía para salir de su ignominia.
Aquel que establecía que por el bien de todos primero los pobres, se ha dedicado a ensanchar exponencialmente el número de ellos con la finalidad de mantenerlos en las dádivas sociales para que sigan votando por su proyecto que hasta ahora ha sido un completo fracaso y que ha condenado a muchos mexicanos a la ignominia porque antes que generar proyectos productivos que se acompañan con la fuerza laboral de los mexicanos, ha preferido la dádiva fácil y la prédica populista antes que convertirse en un verdadero Jefe del Estado Mexicano.
Que me disculpe el inquilino de Palacio Nacional, pero no basta el amor para paliar la pobreza de la mayor parte de los mexicanos, pero sobre todo para realizar una alianza con los factores productivos del país que hasta ahora han visto disminuir drásticamente las oportunidades de desarrollo, a causa de la carencia de apoyos y programas que incentiven los procesos de la economía formal y no el crecimiento de la informalidad como una manera de reactivar esa economía que él mismo se ha encargado de destruir.
Al diablo con el amor que predica todas las mañanas, porque lo único que ha logrado es dividir a los mexicanos entre fifis y aquellos que siguen fielmente las prédicas de una mal llamada Cuarta Transformación que nunca ha podido transformar la condición de pobreza de la mayor parte de los mexicanos de todas las latitudes de este aún maravilloso país. El fracaso de Andres Manuel López Obrador ha sido uno de los mayores desastres económicos que hemos vivido en los últimos cincuenta años. Así de simple nuestra circunstancia. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.