Sin lugar a duda la temeridad de quien por ahora conduce los destinos de este país resulta contraria a los intereses de
la mayor parte de los mexicanos que durante más de cuatro años han esperado que desde la esfera gubernamental se dejen de realizar actos que benefician a quienes por su actividad delincuencial han dejado una estela de muertos y heridos, además de hogares sin padres. Así de simple la visión que tienen muchos analistas del fenómeno político, y ahora asociado con el delincuencial.
Ha sido tanto el cinismo de quien conduce los destinos de este país, que poco le importa que los mexicanos conjeturemos acerca de su cercanía con las bandas del crimen organizado, pero sobre todo con los principales capos de los carteles que se han establecido en este país y que han tenido un enorme florecimiento desde la llegada del tabasqueño. Para decirlo más claro, las conjeturas acerca de la enorme cantidad de dinero de la que siempre dispuso para sus mítines por todos los rincones del país está en la mente de la mayor parte de los mexicanos.
Después del episodio en el que se logró la aprehensión del hijo de Joaquín Guzmán Loera, en Sinaloa, por parte del Ejercito mexicano, y la orden presidencial de que lo dejaran libre, ha sido un gran signo de interrogación entre los mexicanos de todas las latitudes de este país, y eso le significó que diversos analistas hayan considerado esa circunstancia como la reafirmación de que estaba recibiendo apoyo económico del Cartel más grande que ha existido en este país,
Pero también habrá que señalar que eso poco le ha importado al presidente de la República porque hasta ahora ha seguido realizando un gobierno cercano a los grupos delincuenciales, a quienes nunca ha molestado siquiera con el pétalo de una orden de aprehensión.
Para decirlo más claro, Andres Manuel López Obrador ha estado más cerca de la delincuencia organizada que de las necesidades de los mexicanos de todas las latitudes de este azorado país, que cada día observa y corrobora que efectivamente se ha hecho realidad lo que muchos suponían. Pero no hay mal que dure cien años Reza el adagio popular, y el tiempo colocará a cada uno en el sitial que se merece.
Insisto, al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, poco le ha importado que los mexicanos entendamos que tiene ligas muy cercanas con el Cartel de Sinaloa, y lo ha demostrado con ese especial empeño de que Joaquin Guzmán Loera pague su condena en un Centro de Reclusión a cargo del Estado Mexicano, y eso pudiera profundizar las diferencias con Joe Biden, quien nunca estará de acuerdo con esta posibilidad, además de que el sistema penitenciario en el vecino del norte es bastante rígido.
Por lo que corresponde a los mexicanos de todas las latitudes de este aún maravilloso país, lo único que podemos hacer es entender que las ligas desde el poder con la Delincuencia Organizada seguirán vigentes hasta que tengamos al frente del país a alguien distinto y que tenga vocación para imponer el orden y reorganizar al Estado Mexicano fuera de los apetitos y participación de la Delincuencia Organizada, que es quien hasta ahora ejerce gobierno en la mayor parte de este atribulado país. Así de simple.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación.