No sé cuándo haya surgido el epíteto de “Pejelagarto”, pero no creo que haya sido simplemente porque en Tabasco
abunda este crustáceo, pero habrá que señalar que los Pejelagartos son fundamentalmente peces de agua dulce, pero también les gusta frecuentar las aguas salobres y costeras marinas. Hay que señalar que también se le etiqueta de un fósil viviente, ya que ha sobrevivido los últimos cien millones de años, y por lo regular se les encuentra en ríos, esteros, humedales y lagunas del sur de este aún maravilloso país.
Pero también es preciso señalar que no es un pez cualquiera, porque el animal llega a medir de cuarenta a cincuenta centímetros, y tiene un hocico muy pronunciado, es decir, largo, sin que por ello pretenda equipararlo con quien lleva este apodo desde hace varios años. El Pejelagarto llega a poner ocho mil huevecillos por cada kilogramo de su peso y vive entre veinte y cuarenta años, y es un pez que sale a la superficie del agua para tomar bocanadas de oxígeno, sin que por ello pretenda realizar un comparativo con singular personaje.
Francamente desconozco quien le haya endilgado el sobrenombre de “Pejelagarto”; aunque muchos señalan que fue por lo “hocicón”, como se dice en el argot popular a quienes les da por hablar de los demás con singular alegría y particular esmero. Y es que desde que inició sus periplos por todos los rincones del país comenzó a verter mentiras tras mentiras, con tal de enardecer a los asistentes y convertirse en el verdugo que se encargaba de llevar a cabo las ejecuciones públicas de aquellos que no le pagaban lo que les ponía de cuotas.
Así comenzó su carrera, como un vulgar asaltante y siempre mentiroso y engañabobos que lo único que buscaba era dinero, y después entendió que podría ser un buen negocio pulular por todos los rincones del país para hablar mal de todos los gobernantes, y claro está que aquellos que le enviaban grandes cantidades de dinero para que no los mencionara en sus peroratas, fueron la simiente de uno de los más grandes negocios en el ámbito político que hasta ahora ha sido exclusividad de quien detenta la Presidencia de la República.
Y claro está que sigue siendo un hombre que gana mucho, porque ha mostrado y demostrado que de verdad sus hijos son exitosos empresarios. Y ni se diga del pago de los favores de aquellos que ocupan carteras por donde se procesan enormes cantidades de Cash que desde luego llegan a las manos de los encargados de seguir engrosando el peculio familiar, viajando a Houston y Dubai donde se guardan muchas cosas, y entre ellas dinero, y muchas cosas más en enormes bóvedas. El vehículo sigue siendo ese Jet del amor que cuenta con cómodas plazas y que fue “donado” a la familia presidencial una noche de negociaciones con líderes petroleros.
Para decirlo más claro, aquel que siempre se dijo pobre, hoy detenta una fortuna incalculable. ¿Qué ha robado?, si y mucho, porque cada proyecto que mandata realizar es porque existe el interés de los dividendos que se van a engrosar las arcas en Houston y en Dubai. Pero poco le importa lo que los mexicanos digan, porque podemos tener la seguridad de que cuando termine su mandato vivirá como rey en cualquier parte del mundo. Nunca un sujeto tan cínico y malandrín había alcanzado el poder. Y por cierto, ¿dónde quedo el billete de cien pesos que siempre mostraba en su cartera? Al tiempo.
This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación.