Sin lugar a duda las controversias que ha promovido el presidente de la República hablan muy bien de su talante
autoritario y su vocación de concentración del Poder Público. A menos de año y medio de que termine su mandato al frente del país, su empecinamiento por destruir no tan solo a las instituciones democráticas, sino por concentrar el poder en su persona, habla de sus bastardas ambiciones de poder y de que se le hace tarde para intentar una vez más incrementar el control que hasta ahora detenta con la finalidad de instaurar un régimen autoritario populista como el de la mayor parte de los regímenes del hemisferio.
Y esta circunstancia no es nueva, desde que llegó al poder ha intentado todo por alzarse con el control de todos los órganos autónomos, en especial el Instituto Nacional Electoral cuyos integrantes han sacado la casta y han defendido en tribunales y en la opinión pública la consigna de que el INE no se Toca. Esta simple consigna se ha convertido en uno de los lemas más recurridos en los momentos en que los ciudadanos nos hemos unido para frenar la consigna de Andres Manuel Lopez Obrador de alzarse con el poder del órgano electoral para manipularlo a su antojo.
La valentía de Ciro Murayama y Lorenzo Córdova ha sido manifiesta, pero lo más importante es que han vertido argumentos que los ciudadanos han hecho suyos y que se han convertido en el antídoto contra las ansias totalitarias de Andres Manuel Lopez Obrador, quien en su desesperación por mantenerse en el poder seguramente intentará a base de decretos minar la presencia de los ciudadanos en el órgano electoral. Y esta circunstancia no es inédita, porque si algo tiene la historia reciente de nuestra democracia, es la fortaleza de una institución que le ha otorgado certeza a las leyes electorales de este país.
Si por algo tenemos que seguir luchando los mexicanos es por seguir encabezado la lucha callejera de que ““El INE NO SE TOCA”, y si por cualquier circunstancia el remedo de tirano pretendiera por decreto o cualquier argucia de las que ha ensayado toda su vida, desaparecer al órgano electoral, los mexicanos tendríamos que sitiar Palacio Nacional y no dejar salir a nadie, así tengamos que establecer campamentos porque lo que está en juego no es tan solo el órgano electoral, sino la democracia misma.
Aquel que siempre se dijo que era un “democrata”, ha dado muestras fehacientes de sus bastardas aspiraciones de mantenerse en el poder por tiempo indefinido, intentando romper con la tradición demócrata de que los mandatarios están en el ejercicio del poder solamente por seis años, y que no existe la posibilidad de la reelección porque así lo mandata la Constitución Politica de los Estados Unidos Mexicanos. Las muestras de la Sociedad Civil organizada por mantener vigente a la Constitución Mexicana han sido muchas, pero el autócrata piensa que los mexicanos estamos para seguir manteniendo sus bastardeas ambiciones.
Mas le valdría al Presidente de la República que entienda que los mexicanos tenemos una larga historia cuando de defender al país se trata, y esta vez no será la excepción, porque habemos hombres y mujeres valientes que estamos dispuestos a todo con tal mantener vigente a esa patria en la que hemos alcanzado nuestros ideales democráticos. Y si tenemos que confrontar a las hordas de soldados venezolanos que han venido al país, lo haremos con singular alegría, porque este mexico es nuestro, y no lo será nunca de un autócrata con ínfulas de grandeza. La guerra contra el INE seguirá, pero ahí estaremos todos los patriotas mexicanos dando la lucha hasta las últimas consecuencias. “Mexicanos al grito de Guerra, el acero aprestad y el bridón, y retiemble en sus centros la tierra, al sonoro rugir del Cañón”. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación.