Sin lugar a duda, la principal habilidad del inquilino de Palacio Nacional es el engaño. Después de que la justicia le
advirtiera que dejara que realizar actos denigrantes como lo es el criticar sin derecho a réplica como ha sucedido en las últimas semanas con la señora Xochitl Gálvez, por una queja de ella ante las autoridades electorales y que determinaron prohibirle criticar a los opositores a la Presidencia de la República.
Para decirlo de otra forma, el presidente López Obrador se ha convertido en un enorme costal de mañas, con la única finalidad de desacreditar desde sus conferencias mañaneras, a todos aquellos que muestren aspiraciones de competir por la Presidencia de la República, porque sabe que en cualquier momento su partido podría perder esa mayoría que le permitió alcanzar el poder, y desde luego que no lo quiere perder porque podría ser inculpado de varios delitos que ha cometido en sus excesos de poder.
Ahora le dio por utilizar una nueva estratagema, y como siempre tiene argumentos para seguir ofendiendo y denigrando a quienes osen oponerse a su enorme poder, ahora anunció la creación de una nueva sección a la que ha denominado “No lo digo yo”, y esa argucia la tendrán que analizar los juzgadores que le prohibieron criticar a los aspirantes de la oposición a la Presidencia de la República.
Ahora pondrá a sus mas cercanos sirvientes, que no servidores, a convertirse en los más serviles tapetes para que en su nombre sigan realizando su tarea desde el púlpito mañanero para mantener el desgaste a sus posibles oponentes. Nunca antes tuvimos que padecer una circunstancia de este tipo, porque siempre aspiramos a que quienes ocuparan el más alto encargo del país se condujeran dentro de los cánones de la democracia mexicana.
El “no lo digo yo” es otra estratagema del perverso mandatario que ahora pondrá voz a sus lacayos más cercanos para que sigan con su tarea de desgaste de las oposiciones, y criticando a quienes el les diga y pida para perversamente controlar los diálogos en la cadena nacional que tiene y que utiliza desde que asumió el poder para criticar a sus adversarios y evadir la rendición de cuentas por sus oprobiosos actos de gobierno.
El principal motivo de su decisión es porque “ya no puedo hablar mucho porque me cepillan los del INE, los del Tribunal Electoral”. Lo más detestable de un mandatario es que se burle de los mexicanos que en el uso de sus derechos han promovido la medida cautelar que le ordenó el Instituto Nacional Electoral. Y no es un simple capricho, sino un ejercicio de justicia porque hasta ahora puede denostar, ofender, y criticar a quien se le pegue la gana de forma impune. ¿Su deber es informar? Pues que informe, porque hasta ahora lo único que ha hecho es difamar. Ya es la hora de ponerle un alto. Al tiempo...
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación.