En este país ocurren muchas cosas todos los días, pero hay alguien que las oculta porque piensa que con esa
estratagema puede engañar a los mexicanos para que no seamos quienes tengamos que seguir reclamando la carencia de resultados entre los integrantes del Gabinete Presidencial, que hasta ahora se ha convertido en el peor gobierno de los últimos treinta años. Nunca antes una circunstancia de este tipo.
Por lo pronto y ante el escándalo de la desaparición de cinco jóvenes procedentes de Lagos de Moreno, en Jalisco, el presidente de la República ha preferido el silencio antes que decir otra de sus constantes barrabasadas que ofenden a los familiares de quienes han desaparecido simplemente porque los mecanismos de búsqueda no existen por ahora, porque de lo que se ha tratado este gobierno es de privilegiar a la delincuencia antes que a los mexicanos.
Lo peor de todo es que el presidente de la Republica comenzó a contar un chiste antes que otorgar una respuesta a los medios de comunicación que preguntaban acerca de los resultados de las investigaciones. No sé si al presidente de la Republica le falte un tornillo como se dice en el argot popular, porque no se puede bromear con una circunstancia de ese tipo. Ojalá nunca le acuesten a un hijo, porque eso duele más que cualquier otra cosa.
La sensibilidad en el presidente de la República no existe, de ahí que haya condenado a la muerte a los niños con cáncer, además de que poco le ha importado encabezar el sexenio más violento de la historia de este país, con 156 mil 136 asesinatos. Alguien quiso hacer un comparativo son sexenios anteriores y simplemente señalo que esa cifra es el doble de la capacidad del Estadio Azteca
Lo peor de todo es que ni siquiera se está contabilizando a los desaparecidos, lo que quiere decir que el sexenio de Andrés Manuel López Obrador terminará su encargo con las de ciento ochenta mil homicidios, lo que habla de su mendicidad para dejar a los mexicanos a su suerte en materia de seguridad pública. Nunca antes un fenómeno de este tipo, y nunca antes un idiota al que poco le importa la vida de los demás.
Y ofrezco a mis lectores una sentida disculpa por haber llamado idiota al inquilino de Palacio Nacional, que solamente le da por mantener una socarrona y burlona sonrisa cada vez que se le reclama por la permisibilidad del crimen organizado para hacer lo que le venga en gana con el destino de los mexicanos de todas las latitudes de este alicaído país que no encuentra la hora de que el mandatario se largue a “La Chingada”, ese mendigo rancho que quien sabe cómo lo haya adquirido si nunca trabajo en su vida. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Setién. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación.