Vaya con lo que ha venido sucediendo en este aún maravilloso país. Los mexicanos no salimos de nuestro asombro con
las ocurrencias del presidente de la Republica, cuando ya esta encima otra de las múltiples ocurrencias palaciegas que todos los días tenemos que soportar los mexicanos, y que en su inmensa mayoría no son más que buenos deseos o pírricos avances que de pronto se saca de la bolsa el inquilino de Palacio Nacional, quien ha rebasado las ciento cincuenta mil mentiras en sus mañaneras.
El Presidente de la Republica está preocupado por la disminución de su popularidad, la real, no esa que la Voceria da a conocer cada vez que necesita levantar el ánimo al morenismo ante la andanada de improperios que le endilgan al mandatario un día si, y otro también. La circunstancia que hemos vivido desde hace casi seis años los mexicanos, nunca la imaginamos, y por desgracia aún faltan varios meses de incertidumbre.
El país entero está a merced de la delincuencia organizada, el pago de derecho de piso se ha extendido en todas las latitudes de este país. Los asesinatos son la constante cuando no se entrega el dinero que los miembros de la delincuencia solicitan el pago programado por semana, quincena o mes, de acuerdo a los calendarios que los delincuentes imponen en la mayor parte del territorio patrio.
Lo peor de todo es que el Movimiento de Regeneración Nacional está del lado de los delincuentes porque sus principales dirigentes piensan que con esa estrategia se mantendrán en el ejercicio del poder. Para decirlo más claro, no le apuestan a la democracia, le apuestan al miedo, al terror, al control de los territorios comandados por el crimen organizado que ahora se han aliado al partido del Presidente, como el último recurso para no perder las elecciones presidenciales.
La muerte ronda por todos lados, ya no solo se asesinan a periodistas y adversarios, ahora el secuestro express se ha convertido en uno de los mecanismos de control a los liderazgos de las otras fuerzas políticas que existen en el país. El terror es ahora la mejor arma para el morenismo, y los asesinatos son para aquellos que no se pliegan a los designios de quienes encabezan los partidos del Movimiento de Regeneración Nacional en todas las latitudes del país.
Andrés Manuel López Obrador no es el demócrata que siempre se dijo, es el capo de todos los capos del morenismo diseminado en toda la geografía del país. Lo peor de todo es que la cita democratica por la Presidencia de la Republica, pudiera convertirse en una brutal matanza de aquellos que no quieran someterse a los designios de las bandas delincuenciales, que estarán en todos los territorios vigilando a los ciudadanos para que otorguen el voto a Morena, o cumplirán con su encargo de matar a quienes no deben votar. Ahora votar será para muchos mexicanos un real peligro de muerte. Así de simple. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septién. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación.