¿EL REGRESO DEL PODER ABSOLUTO?

 
Sin lugar a dudas el señor Senador y Coordinador de la Bancada Perredista en la Cámara de Senadores, Don Miguel Barbosa, es un hombre al que le gusta aparecer en los medios de comunicación aunque en la mayor parte de las veces peque de imprudente. Lo importante es declarar y salir reseñado. Sus ansias mediáticas son enormes porque pretende posicionarse dentro del esquema de Marcelo Ebrard en el sentido de que el perredismo tiene que convertirse en el contrapeso natural de las decisiones del Gobierno Federal encabezado por Enrique Peña Nieto. De lo que se trata es de marcar la diferencia porque el proyecto es trascender más allá de Nueva Izquierda para buscar la candidatura a la dirigencia nacional de su partido, y por qué no, a la Gubernatura de puebla.
 
Al hacer un balance de los primeros cien días de la administración del Presidente Enrique Peña Nieto aseguró ver el “resurgimiento de un poder absoluto”. Aparte de senador y aspirante a la dirigencia nacional del perredismo, el señor Barbosa es ahora un consumado pitoniso que observa “signos del resurgimiento de un presidencialismo vertical y del ejercicio de un poder absoluto”. Claro está que esa circunstancia es a lo que aspira cada partido, aunque cuando lo hace el de enfrente es válido confrontarlo para evidenciarlo ante los demás. Si hacemos un análisis del comportamiento del perredismo en la Ciudad de México y en los estados donde aún gobierna, el absolutismo unipersonal de sus gobernantes resulta más que evidente. Nadie en su sano juicio hace un gobierno para perder la votación en la siguiente elección, a menos que sea Ernesto Cordero, quien vaticina que el panismo ganará la próxima elección y la perderá en la siguiente.
 
También dijo que la tendencia impuesta por Peña Nieto se presenta justo en los momentos en que el país necesita y reclama un ejercicio democrático del poder. No sé si entienda la dimensión de su declaración, pero el poder adquiere el carácter de democrático cuando surge de la voluntad de la mayoría expresada en las urnas, y que yo recuerde el PRI ganó en la jornada electoral del primero de julio con una mayoría de más de tres millones de diferencia, lo que legitima al Presidente Peña Nieto para intentar construir un gobierno más eficiente que los anteriores.
 
Si algo debemos resaltar es la capacidad del mexiquense para la estructuración de un proyecto gubernativo en el que se incluyeron las oposiciones porque privilegió las coincidencias antes que las diferencias. Pero si por ello pretende el senador Barbosa que se le cedan espacios en el ejercicio del poder a él o a su partido, habrá que decirle que la legitimidad proviene del voto de los ciudadanos. Peña Nieto ha construido un gobierno de coalición porque las propuestas del panismo y el perredismo están insertas en el Pacto Por México. En función de ello todo lo que diga el señor Barbosa no pasa de ser una mera cita discursiva para ser reseñado en los medios de comunicación. Esa es la finalidad. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.