LA APLICACIÓN DE LA LEY

sinpunto

El "aguanta Rosario" que muchos leyeron mal y entendieron como un espaldarazo a la titular de la cartera de Desarrollo Social, fue en realidad un mensaje cifrado al más puro estilo priísta de los mejores tiempos del ejercicio autoritario del poder, que significó que todo mundo debería quedarse quieto, y aguantar las andanadas de los grupos organizados para evitar la anticipación de las batallas que habrán de librarse para construir el proyecto de país surgido de las coincidencias partidistas, y que ha sido producto de la visión conjunta de quienes han participado activamente en el Pacto Por México.

La inacción gubernamental y la prudencia respondieron a una estrategia que buscaba transitar la fecha de la celebración mundial del día del trabajo sin sobresaltos y mayores reclamos a causa del desempleo y el preocupante incremento de los índices inflacionarios. En Guerrero las cosas se pusieron muy difíciles cuando los miembros de la CETEG pensaron que el territorio estaba a su disposición y que la agresión a la casa de gobierno quedaría impune. Las cosas cambiaron cuando el Estado operó las órdenes de aprehensión contra los responsables visibles de los desmanes. Ninguno de los liderazgos podrá alegar mucho en su defensa porque las pruebas son contundentes. Lo previsible es que en los siguientes días veamos a los peces gordos tras las rejas y en penales de alta seguridad, donde merecen estar en base a la peligrosidad mostrada durante los desmanes y saqueos. ¿Hasta dónde la aplicación de la ley? Me parece que no tiene por qué haber contemplaciones cuando ellos no la tuvieron para causar daño a la sociedad y al Estado.

Cada quien debe recibir el castigo que en justicia merece. No son presos políticos, son peligrosos delincuentes que pusieron en riesgo la viabilidad de las instituciones. Lo que pretendieron hacer no es un asunto menor porque su intención fue siempre subvertir el orden para seguir gozando de las prebendas que durante mucho tiempo arrancaron a la estructura del Estado mediante el chantaje y la promesa de los votos para mantener el poder. Las cosas han cambiado y tienen que seguir cambiando.

Los mexicanos debemos comenzar a valorar que los cotos de poder no tienen razón de ser y que el clientelismo es una forma deleznable del ejercicio político. México no se merece esos liderazgos que pusieron por encima su proyecto personal. Tendrán que caer muchos más, pero sobre todo aquellos que embozados protagonizaron el daño con inusitada violencia e inaudita saña. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.