Ahora fue el líder de la bancada en el Senado de la República, José Luis Preciado, quien dio la cara por los blanquiazules para señalar lo que han venido reiterando como discurso para exculparse de la desastrosa derrota que sufrirán en próximo siete de julio venidero. El problema para ellos es que la cantaleta ha sido la misma, con el mismo guion, las mismas palabras, los mismos hechos, las mismas referencias, y hasta las mismas actitudes de martirio a la
hora de lanzar culpas al partido en el gobierno. Gustavo Madero está buscando elementos para evitar que su grupo pierda la elección de la nueva dirigencia nacional, pero se antoja difícil que pueda detener la escalada a la baja de su partido.
Pareciera que la imaginación se les término a los estrategas del blanquiazul porque si bien es cierto que un mensaje tiene que ser repetido muchas veces para que la gente logre descodificarlo, también lo es que lo que dicen no tiene variedad y todas las acusaciones resultan las mismas, con los mismos lugar comunes, las misma argumentación, y los mismos protagonistas, sin presentar prueba alguna de lo que dicen y señalan. Nuestro sistema jurídico indica que la carga de la prueba corresponde a quien afirma, y en este caso el panismo acusa sin presentarlas, lo significa que o no las tiene o simplemente los hechos que describen cada uno de sus voceros de ocasión, no son reales.
Ante esta circunstancia, los tricolores no tienen más que el camino simple: contra la afirmación la negación. Así de sencillo será deshacer cada uno de esos endebles argumentos que solamente quedaron en la palabra. El escándalo solamente ha sido mediático ya que no existen denuncias sustentadas en recursos probatorios, como el caso de la fundación veracruzana a la que acusaron de trasladar recursos a los priístas y que al final puso en evidencia la maledicencia del líder blanquiazul, Gustavo Madero, quien ni siquiera se ha dignado a ofrecer una disculpa. Ser dirigente nacional tampoco exculpa al señor Madero de haber cometido excesos y quizá hasta un delito, por lo que tendrá que responder ante los tribunales, de donde saldrá como acusado y no como acusador.
Jorge Luis Preciado sigue con el discurso del pretexto al señalar que el PRI ha entrado en desesperación ante las expectativas electorales, cuyos síntomas son una campaña muy agresiva de desprestigio contra opositores, la compra de votos, y cuando ya de plano se descaran, dijo, los gobernadores meten la mano abiertamente en los procesos. Contra Rosario Robles Berlanga nunca tuvieron las pruebas que dijeron, y hasta ahora no existen las que describen sin presentar. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.