Marcelo Ebrard Casaubón tiene un grave problema que no ha podido resolver y está buscando la forma de hacerlo. Andrés Manuel López Obrador quien le ganó en la encuesta para postularse a la Presidencia de la República por el Partido de la Revolución Democrática, ha avanzado poco a poco en la conformación de un proyecto distinto que le permitirá postularse por tercera ocasión, e intentará que se sumen todas las expresiones de la izquierda. Cuando
señaló que Marcelo sería el siguiente candidato estaba mintiendo porque nunca ha sido su posicionamiento personal compartir el poder, al que considera que para obtener buenos resultados tiene que ser absoluto. En ese contexto el señor Ebrard no cabe en el proyecto de Morena, y lo sabe, por lo que tiene que buscar con urgencia la forma de insertarse en la carrera antes de que se le vaya Miguel Angel Mancera.
Marcelo ha sido un hombre de verdades a medias disfrazadas de verdades absolutas porque mantiene intereses muy definidos en torno a los negocios que se realizan al amparo del poder, por eso le urge, porque en lo personal no le basta la gran riqueza que ha acumulado a lo largo de más de veinticinco años que lleva haciendo negocios con la Ciudad de México en sociedad con Manuel Camacho Solís y Alejandra Moreno Toscano. La forma en que dejó el poder y el inusitado crecimiento de quien lo sucedió en el Gobierno del Distrito Federal lo tiene preocupado porque se cerraron los espacios que esperaba explotar para mantener a la opinión pública al pendiente de sus disertaciones y acusaciones.
Al señor Ebrard le urge salir a los medios de comunicación, le urge posicionarse como posible candidato presidencial, pero tiene otro problema, que las alianzas que realizó con René Bejarano no le darán lo que esperaba porque el propio Miguel Mancera ha operado para quitarle los espacios y reducir su control a solamente dos delegaciones. Eso no le gusta al señor Ebrard, quien en un acto de osadía decidió aprovechar el tema de la reforma petrolera para retar al Presidente Enrique Peña Nieto a un debate en el que dice que le demostrará que está equivocado en su planteamiento, y aprovechará para convencerlo de que su propuesta es la más viable.
Desde luego que el papel de David no le queda porque peña no protagonizará el de Goliat. Lleva muchos años en el ejercicio político como para caer en las redes que le tiende el señor Ebrard. Peña Nieto tiene mayor estatura y experiencia que Ebrard y dejará pasar la ocasión porque no está en campaña ni tiene necesidad de un debate pues le basta enviar la propuesta para que sean otros quienes debatan y la discutan. La celada de Marcelo Ebrard es demasiado burda y muestra que está ávido de encontrar motivos para plasmar su aspiración. De seguir retando será el debate del soliloquio y de la absoluta verdad que dice poseer. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.