Cuando escucho a Jesús Ortega hablar de que lo que más daña al Pacto Por México son los intereses miserables de los gobernadores tricolores, me parece que el ex líder perredista terminara indefectiblemente con la lengua en pedazos ya que eso que critica es exactamente lo que ha hecho toda la vida. Decía Jesús Reyes Heroles que la política debiera ser la profesión más noble por todo lo que implica el servicio a los demás y la protección de los
intereses de todos los mexicanos. El problema es que al paso de los años esa vocación de servicio a la que tanto se refrieron los tratadistas se ha pervertido en grado tal que el saqueo de las arcas públicas se ha vuelto descarado y cínico. Ahora robar es una hazaña, y aquellos que lo hacen lo presumen y lo publicitar de tal de manera que lo único que nos queda a los ciudadanos es lamentarnos porque la justicia también es pisoteada.
En todos los años en que llevo ejerciendo el periodismo nunca observe una circunstancia así, es más, ahora presumir el robo descarado del dinero gubernamental es la tónica, y quienes los protagonizan han incluido a sus familiares. Cuando Ortega habla de los gobernadores adversos a sus intereses políticos no dice nada de aquellos que en Baja California Sur se dedicaron al saqueo y a utilizar la ley para apropiarse de una gran cantidad de terrenos mediante la invasión, y a amenazar a los empresarios que reclamaban la devolución de sus bienes. Tampoco habla de la febril actividad que desarrolla en la Ciudad de México la Asamblea de Barrios que invade y realiza trámites para que el Gobierno del Distrito Federal expropie para asignarles vivienda a sus agremiados. La verdad es que Ortega es uno de los hombres más cínicos del perredismo.
Andrés Granier tiene que pagar con la cárcel la permisibilidad para que sus hijos y colaboradores hicieran negocios al amparo del poder, pero también el señor Armando Reynoso merece lo mismo. Ni que decir de los vástagos, quienes también tendrían en todo caso que purgar largas condenas encerrados para que respondan por sus actos. Por sí no lo sabe el señor Ortega, en Morelos el señor Graco Ramírez ha girado órdenes para que su hijastro sea quien realice los negocios en las adquisiciones con la complicidad de su prima quien es la encargada de las compras. Por sí tampoco lo sabe la criminalidad está siendo controlada desde las estructuras gubernamentales, lo que se ha convertido en el mejor negocio para acumular fondos para que Don Graco pueda disponer de ellos para ser el candidato presidencial dentro de cinco años. Al tiempo. Vladimir.galeana@gmail. Com