Vladimir Galeana Solórzano
El Jefe de Gobierno del Distrito Federal Miguel Angel Mancera Espinoza reiteró que la línea de investigación del caso Heaven continúa siendo la rivalidad entre bandas, a la vez que rechazó que la localización del cuerpo calcinado encontrado en Morelos, y que pertenece a Dax Rodríguez Ledezma, uno de los socios del antro de donde desaparecieron doce jóvenes tepiteños, sea un indicio del involucramiento del crimen organizado.
“Hasta ahora nos sigue hablando de ese conflicto focalizado. Quiero reiterar a todos los compañeros, en este momento no tengo información, ninguna notificación por parte del Gobierno Federal, de crimen organizado”. Así respondió a los cuestionamientos en una conferencia de prensa. Sin lugar a dudas la instrucción es precisa: no se tiene que hablar de crimen organizado aunque los indicios caminen en esa dirección.
Desconozco porque el señor Mancera tenga esa fijación, pero todo indica que no quiere aceptar una realidad que estamos viviendo en la Capital de la República desde hace muchos años, incluso antes de que él fuera Procurador. Quizá en esa circunstancia se encuentre la razón de su negativa para aceptar lo evidente y por eso ahora prefiere solamente hablar de bandas de delincuentes, pero si acudimos a las definiciones clásicas encontraremos que delincuente es la persona que comete delitos y por lo tanto viola la ley. El término también se utiliza para nombrar al conjunto de los sujetos que delinquen y mantienen conductas contrarias al derecho.
Sea cual fuere el motivo por el que el señor Mancera prefiere no hablar de crimen organizado, la realidad es que si acudimos nuevamente al campo de las definiciones nos encontraremos con razonamientos contrarios a sus propósitos. Veamos: El adjetivo organizado u organizada está vinculado a una organización, y lo organizado, por tanto, está orientado a una finalidad. Crimen organizado o delincuencia organizada es la denominación que se le da a las estructuras sociales compuestas por individuos se organizan para la comisión de delitos. Así, la delincuencia organizada se trata de un grupo social con una cierta estructura y miembros que se organizan para cometer acciones delictivas.
La delincuencia organizada suele dedicarse a tareas más complejas que robos comunes o hurtos, involucrándose en actividades como el tráfico de drogas o armas, la trata de blancas, el contrabando o la falsificación. Es habitual que estas organizaciones delictivas estén regidas por un orden jerárquico, donde los miembros de las capas más bajas tienen que hacer méritos para escalar posiciones, mostrando lealtad a los presuntos jefes. Nadie secuestra y se lleva a doce personas sin antes haberlo planeado, sin organizarse para realizar el acto, sin determinar a donde los van a llevar y lo que harán con ellos. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.