Por: Vladimir Galeana Solórzano
Miguel Ángel Mancera se está echando al Partido de la Revolución Democrática al hombro para reposicionarlo ante los ciudadanos del Distrito Federal. El Jefe de Gobierno ya entendió que si quiere detener la carrera de Marcelo Ebrard hacia el liderazgo perredista
tiene que comenzar a controlar a la mayor parte de las tribus que finalmente son quienes decidirán el destino de la organización política. Mancera sabe que de llegar Ebrard a la dirigencia nacional del partido que lo llevó al poder, no habrá poder humano que lo haga desistir de su intentona de ser candidato presidencial, aunque sus posibilidades sean nulas, pues es más empecinado que Andrés Manuel López Obrador. Y serán las tribus quienes decidan el destino del perredismo porque después de los resultados electorales pasados, la mayor fortaleza de las izquierdas está sin lugar a dudas en la Ciudad de México.
Los problemas que están enfrentando los delegados de Coyoacán, Mauricio Toledo, Tlalpan, Marisela Contreras y Cuauhtémoc, Alejandro Fernández, pueden significarse como la gran oportunidad para sus aspiraciones personales, pues sabe que por el simple hecho de gobernar a la Capital de la República es uno de los candidatos naturales del perredismo, pero para ello tiene que apoderarse de la dirigencia y evitar el crecimiento del señor Ebrard. Por eso le conviene que los medios de comunicación sigan manteniendo las acusaciones de corrupción contra esos funcionarios porque son la moneda de cambio que necesita para que René Bejarano entienda que si hay alguien con quien tiene que negociar, es con él.
José Luis Beato, Presidente de la Confederación Patronal Mexicana en el Distrito federal señaló que el sesenta por ciento de las empresas ubicadas en las delegaciones mencionadas, gobernadas por miembros de la corriente bejaranista, Izquierda Democrática Nacional, son extorsionados bajo la amenaza de cerrarlas por las autoridades delegacionales, y eso significa que el señor Mancera esta “operando” fino para obligar a señor Bejarano a establecer un canal de comunicación con Héctor Serrano y amainar el fortalecimiento del denominado “Movimiento Progresista”. Por ello también las críticas hacia los efectos que ha provocado la llamada “Supervía” en las delegaciones Álvaro Obregón y Magdalena Contreras que han colapsado la movilidad de quienes ahí habitan, y que fue construida mediante desalojos por Marcelo Ebrard.
El presunto debate que organizará la Asamblea Legislativa del Distrito Federal en torno a la legalización de la mariguana será el instrumento para borrar de los medios de comunicación y de la conciencia de los ciudadanos los actos delincuenciales de los Jefes Delegacionales de la corriente que lideran René Bejarano y Dolores Padierna. Mancera sabe que por mucho que la Ciudad de México sea reconocida como una ciudad de avanzada, dicho debate no tiene viabilidad porque la despenalización corre en los carriles del ámbito federal. La Asamblea no cuenta con facultades para contravenir leyes federales y mucho menos para despenalizar en el territorio del Distrito Federal el consumo del enervante hasta en tanto no cambie el status jurídico, y la única posibilidad es seguir el camino de la Constitución para la Capital de la República. El falso debate no es más que la moneda de cambio para el señor Bejarano para que mude de candidato. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.