Mal inició el año escolar para los educandos del país con la amenaza grave de un paro generalizado en aquellos lugares donde las secciones sindicales magisteriales se aglutinan a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, es decir, esa que milita en el Partido de la Revolución Democrática.
Llamando a las cosas por su nombre, me parece que la tónica del doble discurso en el partido del sol azteca ha sido recurrente para “dar el golpe y sacar la mano” como se dice coloquialmente. Así ha sido en el tema educativo, donde por un lado han negociado su inclusión en las discusiones para la edificación de la legislación correspondiente, y por la otra movilizan a los maestros y radicalizan a las secciones que mantienen vínculos muy cercanos con algunos grupos guerrilleros.
Los secuestradores de los sobrinos de Gerardo Gutiérrez Candiani, el Presidente del Consejo Coordinador Empresarial, son maestros en activo pertenecientes a la Sección XXII, y fue su radicalismo el que los llevó a realizar este tipo de actos para financiar su oposición al Gobierno Federal, lo que pudiera considerarse válido en la concepción de lo que tiene que ser la lucha política, pero tratar a dos menores de edad en la forma en que lo hicieron me parece deleznable y despreciable, y merece el más severo de los castigos, aunque eso no les parezca a sus compinches que todavía organizan protestas para hacerlos aparecer como mártires de la lucha magisterial. Lo que no tienen es vergüenza.
Paralizar varios estados al inicio de clases y amagar con un plantón indefinido para que los congresistas cedan a sus demandas de revertir la reforma educativa es un acto deleznable que habla de que poco les importa el destino de los niños, sobre todo de aquellos estados como Chiapas, Oaxaca y Guerrero, que son los más atrasados. Vedarles la única oportunidad que tienen para generarse mejores oportunidades en la edad adulta es un crimen, porque criminales no solamente son quienes arrancan la vida de otro u otros, sino que el crimen desde el punto de vista del derecho es una acción u omisión tipificada por la ley que resulta antijurídica y punible, y lo que hacen está fuera de la ley y por consecuencia es calificable como una conducta criminal.
Pero no tan sólo por el paro de labores, también por lo que hicieron al paralizar las vías de comunicación y asaltar las casetas de cobro. Que nuestros impolutos gobernantes no tengan los tamaños suficientes como para imponer el estado de derecho es lamentable, pero más lamentable será cuando tengan las fauces del monstruo cerca del cuello. Poco aprecio tiene Miguel Ángel Mancera por los mexicanos a los que le toca gobernar cuando anuncia que de ninguna manera habrá represión para los manifestantes. O sea que esa bola de idiotas que se sienten dueños del país pueden afectar la vida de más de nueve millones de personas que habitamos el Distrito Federal, sin contar a los millones de niños que no recibirán clases en todo el país, simplemente porque aquellos que tenemos como gobernantes no cumplen con su trabajo. Creo que hemos perdido a quien pintaba muy bien para mayores empresas y que ha extraviado el rumbo en el laberinto de sus temores para aplicar la ley. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.