Uno de los diagnósticos acerca de la banca en México establece que la economía requiere con urgencia recursos financieros en montos y tasas competitivas para que los mexicanos que así lo deseen, lleven a cabo sus proyectos productivos y de inversión. En los países desarrollados estos elementos son ministrados principalmente por los bancos comerciales, ya que al menos en la teoría, estos deberán cumplir con la función de recolectar el ahorro de la población y canalizarlo hacia empresas o individuos que presenten los proyectos de inversión que se caractericen por su innovación y rentabilidad, para impulsar con ello el crecimiento económico.
Parece simple, pero hay que decir que en nuestro país el crédito bancario no fluye de forma eficiente hacia las actividades productivas, por lo que las empresas se ven obligadas a recurrir a los créditos de proveedores para financiar su capital de trabajo.
Al segundo trimestre del 2013 los proveedores fueron la principal fuente de financiamiento para el 84.2% de las empresas del país, mientras que la banca comercial lo fue para el 37.6% y la banca de desarrollo para el 6.7%. Parece simple, pero esta circunstancia refleja nuestra lamentable realidad ya que la banca no está sirviendo para mucho en el desarrollo del país, y la mayor parte de sus operaciones se centran en el consumo, es decir, en promover sus tarjetas de crédito o de débito que es donde obtienen la mayor parte de sus utilidades, por lo que se puede afirmar que en México tenemos una banca usurera y no una banca que sea auxiliar en el desarrollo de la economía.
Si bien el crédito de proveedores ayuda a las empresas a mantener sus actividades productivas, se trata de un tipo de financiamiento de corto plazo sobre el cual no puede sustentarse la inversión, pues ésta requiere de períodos más largos de maduración. El crédito total como proporción del tamaño de la economía, al segundo trimestre de 2013, fue de 21.3%. Sin embargo el crédito no ha podido recuperar los niveles que observaba en 1994, cuando llegó a representar el 45.9%. Además de la escases de crédito, México se encuentra rezagado en lo que se refiere a disponibilidad de infraestructura bancaria. 54% de los municipios del país no tienen sucursales bancarias, y 39% no tienen cajeros.
Por eso necesitamos bancarizar más al país, pero también exigir a la banca, que en su mayoría es extranjera, que cumpla con su parte de ser promotora del crédito para que los proyectos de inversión sean exitosos y rentables, pues de los 44 bancos autorizados para operar en el país, los siete principales (BBVA Bancomer, Banamex, Santander, Banorte, HSBC, Inbursa y Scotiabank) controlan en 80.2% de los activos totales, el 85.5% de la cartera de crédito y el 89.9% de las utilidades del sistema. La escasez y la concentración del crédito permiten a las instituciones cargar altos intereses y comisiones a los usuarios de los servicios financieros, así como pagar intereses muy bajos a los ahorradores. Como señalé, para nuestra desgracia tenemos una banca brutalmente usurera. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.