Sin lugar a dudas el movimiento magisterial ya rebasó con mucho lo que hicieron sus homólogos a finales de la década de los cincuenta del siglo pasado. Y eso significa que pese a que algunos de ellos cometieron diversos delitos o fueron acusados de cometerlos, la mayor parte de sus liderazgos fueron a parar a la cárcel.
En la actualidad los miembros de la Sección XXII de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación se han dado a la tarea de revivir aquel movimiento pero con la característica de que estos son más violentos y piensan que pueden someter a un país como este a sus deleznables designios. La principal característica de estos sujetos es la conducta delincuencial que han adoptado sabedores de la debilidad de las instituciones del Estado.
Gabino Cué ha resultado un gobernador timorato al que le hacen falta tamaños para hacer lo que se tenga que hacer para meter al orden a los sujetos que se dicen profesores. Hasta ahora les ha concedido cuanto le han solicitado, aunque ello vaya en detrimento de la capacidad de la administración que encabeza, para paliar la pobreza de la mayor parte de los habitantes del estado. Eso poco les ha importado a los mal llamados maestros, porque se están significando como uno de los grupos más beligerantes del país, y uno de los más impunes, además de que sus liderazgos tienen un perfil delincuencial que los ubica como “peligrosos” y proclives a actuar con premeditación, alevosía y ventaja cada vez que salen a las calles.
El plantón que organizó la APPO se ha convertido en un símbolo, pero me parece que la entrada de la Policía Federal Preventiva a sofocar la rebelión es una muestra de que cuando se quiere el Estado Mexicano puede ser eficiente. También me parece que entre todos los miembros de las dirigencias de las secciones aglutinadas en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación hay cientos de años por los delitos que han encabezado, sostenido, cometido y vuelto a cometer sin que alguien haya osado marcarles el alto al menos con una orden de presentación. Por eso siguen haciendo lo que se les viene en gana, afectando ciudadanos y principalmente a esos niños a los que están condenando a vivir en la pobreza negándoles la oportunidad del conocimiento.
Eleazar García fue herido de bala el jueves pasado por José Alfredo Jiménez, ex líder de las hordas criminales de la Sección XXII en el municipio de San Jacinto Amilpas. Fue intervenido quirúrgicamente el sábado para salvarle la vida. Ninguna necesidad hubiera habido si quienes lo agredieron fueran maestros, porque se comportaron como asesinos a sueldo, no como mentores de uno de los estados más atrasados del país, y que al parecer los líderes de la Sección XXII pretenden que sigan de esa manera, porque la ignorancia de sus militantes es la garantía de que podrán seguir medrando de las prebendas que les entregan los cobardes gobernantes que poco hacen por imponer la ley. La procuraduría local citó al señor Jiménez en calidad de presunto responsable de lesiones cuando debió girarse una orden de aprehensión por intento de homicidio. Pobre país con instituciones débiles y gobernantes timoratos como Gabino Cué Monteagudo. Y me refiero a todos, de todas las latitudes, de todos los partidos, y de todas las complicidades. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.