LA COYUNTURA DEL DISTRITO FEDERAL A GRIFOLANDIA

sinpunto

 

La Ciudad de México ha entrado a un debate falso en las últimas semanas, y eso quiere decir que los estrategas del Gobierno de la Ciudad de México y el perredismo están dando bandazos porque no encuentran la forma de reposicionar a sus principales liderazgos.

La presunta elección de la dirigencia nacional no termina de cuajar y ni siquiera han logrado definir cuál será el mecanismo o la forma en que elegirán a quien los liderará en los siguientes tres años. Se han entrampado en la eterna discusión acerca de quiénes son los mejores y cuáles los peores sin detenerse a pensar que todos están bañados de lo mismo, y aunque todavía existen algunos miembros que pueden vanagloriarse de su honestidad, son los menos y poco populares, lo que quiere decir que no son explotables política y mediáticamente.

Con el derrumbe mediático de la Senadora Iris Vianey Mendoza a causa de la cercanía que ha mantenido con algunos miembros del Cártel de Los Caballeros Templarios, se puede decir que la candidatura de Carlos Sotelo ha pasado a mejor vida. Por lo que corresponde a Marcelo Ebrard Casaubón, aunque ha hecho de todo por construir un grupo que lo respalde para hacerse de la dirigencia nacional como condición para alcanzar la candidatura a la Presidencia de la República en el 2018, las cosas no le han salido bien y ha terminado por entender que no es lo mismo detentar el poder que buscarlo a base de un inexistente carisma.

Pensar en Cuauhtémoc Cárdenas es lo que menos conviene a “Los Chuchos”, aunque a fuerza de ser sinceros no creo que “el hijo del Tata” tenga las ganas de lidiar con un partido disminuido, corrupto, tribal y alejado de los principios democráticos que lo hicieron surgir después de una de las escisiones más grandes que sufriera el Partido Revolucionario Institucional. Sin lugar a dudas este país no ha podido olvidar su tránsito por el caudillismo, y cada vez que ocurre alguna eventualidad que trastoca el orden establecido, lo primero que se piensa es en los prohombres que pueden resolver el problema con su prestigio o su vocación impositiva. Por eso el perredismo está en crisis, porque no existe alguien con la estatura suficiente para suplir a Cárdenas o a López Obrador.

El debate acerca de la liberalización de la marihuana es parte de esa búsqueda de liderazgos ante el agotamiento de aquellos que han permanecido ahí en los últimos treinta años y que no acaban de irse, como es el caso de Dolores Padierna, René Bejarano, Carlos Sotelo, Miguel Alonso Raya, y tantos más que buscan pulular saltando de la diputación federal a la local y viceversa. Tampoco los que han surgido en los últimos años se han consolidado, como es el caso de Marcelo Ebrard o Miguel Angel Mancera, quien tiene muchos problemas a causa de los cotos de poder que existen en todos los espacios de la administración pública central. La realidad es que no los ha podido controlar y tampoco eliminarlos, como tampoco lo pudo hacer el señor Ebrard.

El perredismo de la Ciudad de México necesita nuevos valores políticos y están tratando de encontrarlos. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.