LA URGENTE REACTIVACION ECONÓMICA

sinpunto

Sin lugar a dudas el mayor mérito del Enrique Peña Nieto ha sido la negociación de las reformas que veníamos postergando desde hace poco más de veinte años, y que resultaban necesarias para el relanzamiento de algunas de las instituciones fundamentales del aparato administrativo del país. Ernesto Zedillo Ponce de León las intentó, pero nunca contó con los votos

necesarios para hacerlo, es más, en alguna ocasión tuvo que soportar los desplantes de Porfirio Muñoz Ledo quien le recitó aquella frase que Francisco de Vinatea dirigiera al rey Alfonso IV de Aragón: “cada uno de nosotros somos tanto como vos, pero todos juntos más que vos”.

Como haya sido, lo cierto es que nuestro sistema político dejó de contar con mayorías estables que le permitieran diseñar un proyecto o modelo de país al cual aspirar y hacia el cual encaminar todos los esfuerzos. Vicente Fox Quesada hablo mucho de las reformas que México requería, pero nunca envió propuesta alguna al Congreso y tiró a la basura el bono democrático que le entregaron los ciudadanos. Pensó que el Congreso funcionaba con excitativas. Felipe Calderón apostó su precario capital político a la guerra contra el crimen organizado como la denominara al inicio de su administración, y que después intentara borrar de la memoria colectiva de los mexicanos. El precio de sangre por la apresurada decisión resultó muy alto.

De ahí que el primer éxito de Enrique Peña Nieto haya sido el diseño de un proceso de negociación a partir del llamado “Pacto Por México”, en el que los partidos políticos decidieron buscar coincidencias antes que las disidencias, y caminar hacia su inclusión en lo que se han denominado las “reformas estructurales”, aunque ahora las cosas se hayan entrampado por la decisión de los miembros del blanquiazul de separarse de la negociación de las “reformas secundarias” bajo el argumento de que se les pretende dañar políticamente a través del caso “Oceanografía”, en el que por cierto la PGR ya aprehendió a Amado Yáñez Ozuna..

Esto postergará la discusión de importantes asuntos en el Congreso, pero también existen otros avatares que inciden en el comportamiento de la economía mexicana, que a fuerza de ser sinceros, no es lo que esperábamos los mexicanos. Los empresarios han decidido no arriesgar capitales hasta en tanto el Gobierno Federal comience a realizar inversiones que les garanticen la buena marcha de los procesos económicos, de ahí la instrucción presidencial de apresurar el ejercicio del gasto público. La tónica implementada el año pasado de gastar solamente lo necesario para guardar el resto y ejercerlo sin ataduras este año, a causa de los candados impuestos por la administración anterior, seguramente resultará insuficiente para detonar la economía. Alcanzar un crecimiento sostenible requiere necesariamente de la inversión privada, pero el Estado tiene que ser garante de que dichas inversiones se recuperen en el corto plazo.

Estamos a unos días de que termine el mes de marzo, y eso quiere decir que ya se nos fue el primer trimestre del año sin que hayamos logrado liberar el gasto público para los estados, cuyos titulares han venido padeciendo horrores a causa de la contracción y de la falta de liquidez.

Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.