Ernesto Cordero Arroyo recibió la indicación de competir por la candidatura a la Presidencia de la Republica y lo hizo. Desde luego que sus posibilidades eran mínimas después de haber declarado que un padre de familia podía comprar casa, coche y enviar a sus hijos a la universidad si ganaba seis mil pesos mensuales. Es un comentario
que en la circunstancia que vive el país puede generar rechazo aunque no provenga del titular de la Hacienda Pública, pero en boca de Cordero resulto lapidaría para las aspiraciones que le asignó quien detentaba el poder de forma omnímoda y autoritaria, y quien lo envío a la Secretaria de Desarrollo Social para que entendiera la parte de los necesitados de este país. No se sí la instrucción haya sido entendida a cabalidad, pero el señor cordero nunca levanto como para importunar la tranquilidad con que Josefina Vázquez Mota se hizo de la candidatura presidencial de su partido.
El aparato del Estado no pudo o no quiso revertir la desventaja, con lo cual el destino político del señor Cordero tuvo la finalidad de dotarle de Fuero Constitucional durante los siguientes seis años, en previsión de que se le encontraran algunas inconsistencias en los estados contables de la Hacienda Pública. Hasta ahora no ha sido así, y hábilmente ha desviado la atención hacia su reyerta por el control de su partido, con lo que se han postergado las asignaturas que tiene pendientes en torno a la adquisición de un periódico de circulación nacional en sociedad con Alejandra Sota. De cualquier forma en señor Cordero tiene tiempo que no las tare consigo, y lo único que le ha quedado es detener las leyes reglamentarias de las reformas constitucionales con la finalidad de competirle al señor Madero en el control de las decisiones.
Así se fueron a la elección interna de su partido, y como siempre, en la toma de decisiones el señor Cordero se equivocó, o quizá quien desde Estados Unidos le gira instrucciones, porque le mandó en fórmula al exgobernador de Guanajuato, quien durante el “Calderonato” se convirtió en la caja chica ya que por su conducto fluían los recursos a los comités estatales del blanquiazul. No conforme con ello, el señor Juan Manuel Oliva tiene inconsistencias por más de dieciséis mil millones de pesos que no justificó.
Esto le pesó bastante en la campaña, aunado a que en el bando antagónico las cosas les salieron bastante bien. Gustavo Madero tuvo la habilidad de refrescar su planilla con la participación de Ricardo Anaya como Secretario General, lo que le entregó bastantes votos del sector joven. Si bien Madero no fue el mejor candidato, también hay que señalar que el “Calderonismo” no las trae consigo entre la militancia panista, sobre todo entre los jóvenes. No es fácil olvidar el baño de sangre durante su mandato, ni los actos de corrupción que c comienzan a aflorar. Pero tampoco ayudaron al señor Cordero los senadores que lo arropan, pues su oposición a todo les ha ganado bastante animadversión entre sus propios correligionarios. Sin lugar a dudas, las culpas de Calderón provocaron la derrota del señor Cordero. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.