Gustavo Madero Muñoz se ha convertido en un personaje singular. Hasta hace algunos años nadie daba un peso por su carrera política. Nunca despertó grandes expectativas porque nadie encontró en él la viveza y la inteligencia de otros cuadros del blanquiazul. Sus malquerientes señalaban que no llegaría lejos porque no contaba con luces suficientes como para
destacar, pero lo que nunca imaginaron es que un día llegarían a tenerlo como dirigente del partido. Cualquier conocedor de los enredos políticos hubiera supuesto que el señor Madero necesitaba un consultor, y seguramente alguien se lo dijo porque en los últimos meses todo lo que hace forma parte de una estrategia muy bien diseñada, cuyos componentes no tan solo buscaron reafirmarlo en el liderazgo blanquiazul, sino posicionarlo para lides de mayor envergadura. Madero necesitaba creérsela, y parece que al cabo del tiempo lo logro.
Gustavo Madero sabe que la elección del 2015 representa su única oportunidad de posicionarse como candidato presidencial, y ha puesto todas sus canicas en esa apuesta. Para ello tiene que ganar la elección y convertirse en el hombre que logró el regreso electoral después del desastre en que se convirtió la pasada elección presidencial. Sus consultores saben que no es fácil, pero han diseñado una estrategia que apunta hacia esa dirección, y eso quiere decir que Gustavo Madero tendrá que seguir puntualmente las indicaciones de su "Cuarto de Guerra" porque en ello va de por medio el éxito. Si algo hay que admirarle es su empecinamiento porque las cosas salgan bien. Cumple al pie de la letra el script que le preparan, y hasta en tanto siga manteniendo esa disciplina le ganará la carrera a todos aquellos que seguramente intentarán detenerlo.
Gustavo Madero quiere ser candidato a la Presidencia de la República y tiene diseñada una estrategia para ello. De ahí que haya cambiado su forma de negociar las leyes secundarias de las reformas estructurales. Sabe que Enrique Peña Nieto necesita consensos para seguir adelante con su proyecto de gobierno y por ello impone exigencias. La armonización electoral fue la primera de ellas, y aunque sabía que estaba violentando el Pacto Federal eso fue lo de menos, porque como dicen por ahí que dijo Maquiavelo, "el fin justifica los medios". También sabía que lo acusarían de detener la marcha del país y de anteponer el interés personal por encima del interés de más de ciento quince millones de mexicanos, lo que tampoco le importó.
Cuando observó que estaba por concluir dicha armonización, entendió que algo había sido mal calculado y giró instrucciones para que algunos diputados locales no asistieran a las sesiones decisivas. La maniobra resultó demasiado evidente y aunque reclamó el incumplimiento el daño estaba causado. Aunque la estrategia no resultó afectada, quienes incumplieron con la armonización de las leyes planteadas fueron los propios panistas. De cualquier forma hay que lanzar culpas a los de enfrente, y eso es lo que ha venido haciendo. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.