Gustavo Madero Muñoz ganó porque Ernesto Cordero nunca entendió que necesitaba votos y simpatías. De inmediato se dio a la tarea de descabezar los resquicios del ex Presidente de la República en las estructuras partidistas, y de paso ratificó los liderazgos de las cámaras de diputados y senadores. Sabía que no resultaría fácil deshacerse de el, pero nunca pensó que en
tan corto tiempo tuviera que aceptar que la fuerza del ex mandatario sigue siendo una cruel realidad. También entendió que no podrá andar con miramientos cuando de Felipe Calderón se trate. Tuvo que reconocer que su calidad de dirigente no le capacidad de maniobra en las estructuras partidistas. Seguramente Gustavo Madero lamenta que México no sea como Francia, donde detuvieron y enjuiciaron al ex Presidente Sarkozy por corrupción activa, ya que eso acabaría de una vez por todas con sus problemas internos.
Madero hizo un llamado a los senadores para que votaran la preponderancia por cada servicio de los que ofrecen las grandes empresas de telecomunicaciones. La justificación de tal decisión fue que el panismo tenía que mostrar cohesión y que todos los senadores estaban obligados a caminar en el mismo sentido que su dirigencia. No escuchó oposición alguna y pensó que todo marcharía conforme a sus planes. Lo que nunca calculó es que ese silencio generalizado no significaba aceptación, y mucho menos que el grupo mayoritario se pondría de acuerdo para hacer lo contrario. Gustavo Madero se llevó una amarga sorpresa cuando los senadores votaron libremente en el tema de la preponderancia. Dejar en manos de los integrantes del Instituto Federal de Telecomunicaciones la interpretación de la norma constitucional, no es algo que estuviera en sus cálculos.
Gustavo Madero Muñoz sufrió el primer descalabro de su incipiente mandato, y eso lo sitúa en la dolorosa realidad de que el camino de la candidatura a la Presidencia de la República estará lleno de dificultades. Felipe Calderón no tendrá empacho en seguir haciendo cualquier cosa con tal de que su gente se haga de la dirigencia de su partido. Y no es que le haga mucha falta seguir activo en política, pero se ha propuesto enseñarle a los demás que se puede tener una vida activa después de haber detentado la Primera Magistratura del país.
Calderón quiere seguir impulsando la presunta candidatura de Ernesto Cordero a la dirigencia nacional de su partido, lo que seguramente ocurrirá a finales del año venidero, pero tiene bajo la manga la posibilidad de que su esposa, Margarita Zavala, sea candidata a la Presidencia de la República porque tiene mayores posibilidades que su amigo. Gustavo Madero también quiere ser candidato presidencial y pensó que ganando la dirigencia nacional y apabullando al "corderismo" el camino estaría libre de escollos, pero se equivocó. Su ventaja es que tiene la estructura nacional y puede maniobrar desde ahora para cerrar los espacios. Calderón y Cordero tienen que entender que un descalabro no es lo mismo que una derrota. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.